Dioxido de cloro: para qué sirve y por qué no debes tomarlo

En redes sociales y medios digitales se difundió información falsa, donde el Dióxido de Cloro podía servir como tratamiento para el COVID-19, pero no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte del Ministerio de Salud y la OMS para su comercialización y uso.

Según un informe de la Organización Panamericana de la Salud -OPS-, resalta que la ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales.

Además, su inhalación puede causar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo.

Por eso las organizaciones médicas advirtieron a la comunidad no consumir productos que contengan dióxido de cloro o sustancias relacionadas (clorito de sodio, hipoclorito de sodio, lavandina) ya que no hay evidencia científica sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos.

Hay dos casos evidentes sobre la peligrosidad de este producto: la agencia informativa Noticias Argentinas informó que un hombre de 50 años falleció la semana anterior en la localidad de San Pedro, Jujuy y se investiga si la causa del deceso fue la ingesta de dióxido de cloro con la que la víctima buscaba curarse de una fuerte gripe.

El último sábado, un nene de cinco años fue declarado muerto en Neuquén luego de que sus padres le dieran para ingerir dióxido de cloro, pese a estar contraindicado por su peligrosidad por entidades especializadas.