CORONAVIRUS

Cómo podría afectar el invierno y la llegada del frío a los contagios

Aunque el frío no es un propagador del COVID-19, los hábitos de las personas en época invernal pueden generar mayor cantidad de infectados.

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Con la llegada del frío a la Argentina también llegaron los mensajes de alerta en redes sociales y hasta en medios de comunicación: el invierno afecta negativamente en la lucha contra la propagación del COVID-19.

¿Qué hay de cierto en esto? Es real, pero no porque el frío sera un propagador del virus en si, si no que los hábitos de la sociedad en época invernal hacen que el contagio se propague de manera más acelerada.

¿Por qué se da esto? Porque con el frío las personas suelen elegir más lugares cerrados, pasan menos tiempo al aire libre y ventilan menos los ambientes, lo que aumenta el riesgo de propagación del COVID-19.

A esto se le suma que el modo de contagio del coronavirus es a través de microgotas que una persona contaguada expulsa por la boca y la nariz. Bueno, en el invierno, estas gotas duran más en el ambiente. Un fiel reflejo de esto es lo que sucede con la influenza, que aumenta con la llegada del frío por estos mismos comportamientos.

Claro, cabe destacar que el COVID-19 no es exactamente igual a la influenza, por ejemplo, pero algunos comportamientos permiten pensar que podría darse la misma situación.

Ante todo esto, es importante respetar las medidas recomendadas por el personal de salud:

  • Lavado de manos frecuente.
  • Mantener distancia de al menos un metro y medio entre personas.
  • Evitar tocarse la cara.
  • Estornudar o toser sobre el pliegue del codo o en un pañuelo.
  • Limpiar y desinfectar superficies que se tocan con frecuencia como celulares, controles, computadoras, etc.
  • Ventilar los ambientes.

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