River pisó fuerte en La Plata

A diferencia de lo ocurrido el fin de semana pasado, River debía jugar su partido con el resultado puesto de Boca (que había derrotado a Godoy Cruz), y la obligación de ganarle a Estudiantes para mantener la ventaja en la cima de la Superliga. Y otra vez, el elenco del Muñeco no falló y se impuso 2-0 en el nuevo Estadio Uno.

En el arranque, el Pincha le planteó un desarrollo complicado al puntero, cuyos defensores estuvieron presionados para la salida desde el fondo y sus volantes de juego bien contenidos por el mediocampo local.

De hecho, los dirigidos por Gabriel Milito contaron con una gran posibilidad para ponerse arriba en el marcador, cuando Nahuel Estévez reventó el ángulo izquierdo de Franco Armani con un derechazo potente desde casi 30 metros.

En la respuesta, el Millonario volvió a demostrar su inmenso poder de fuego y Rafael Borré reconfirmó su condición de goleador del campeonato. El colombiano capitalizó un error de la defensa rival y, después de una larga corrida, definió con algo de fortuna ante Mariano Andújar para que la pelota ingrese mansamente al arco, pese al vano intento de Facundo Mura por despejarla.

Con el resultado a su favor, los de Núñez empezaron a manejar los tiempos con algo más de tranquilidad y a encontrar espacios a espaldas de la última línea del León, que por momentos jugaba muy adelantada. Incluso Gonzalo Montiel pudo haber marcado el segundo luego de una buena combinación con Borré, pero su tiro cruzado se fue apenas desviado por el segundo palo.

En el segundo tiempo, los dueños de casa sintieron el desgaste que habían hecho para limitar los circuitos de juego del rival y prevaleció entonces la jerarquía del equipo de Marcelo Gallardo.

Luego de un par de aproximaciones que anunciaron lo que vendría, una buena maniobra de Ignacio Fernández y su posterior centro raso le permitieron a Matías Suárez anticipar a Javier Mascherano y establecer el ya justo 2-0.

Estudiantes sintió el golpe y le costó reaccionar, mientras que el líder del torneo empezó a hacer circular el balón para defenderse con la posesión bien lejos de su arquero y casi no sufrió hasta el final, en una noche que tuvo quizás como única mancha la quinta amonestación de Borré.

River volvió a dar una muestra de carácter, no sintió la presión y cerró otra fecha tres puntos arriba de su inmediato perseguidor. A falta de dos jornadas, cuatro puntos le alcanzarán para quedarse con el título y la ilusión va en aumento.