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Racing de Mozambique: de Avellaneda a Maputo

Juan Gabriel Arias, misionero en África e hincha de Racing desde la cuna, habla con AS para desgranar los detalles del proyecto de la Academia en Mozambique.

Racing de Mozambique: de Avellaneda a Maputo

A 8478 kilómetros del Cilindro, la casa de Racing, se encuentra Maputo, capital de Mozambique. Allí, Juan Gabriel Arias, un misionero hincha de la Academia desde su nacimiento, fundó Racing Club de Mozambique en marzo de 2016, un filial africano del conjunto de Avellaneda que juega en la Moçambola 2, la segunda división del país.

Además del plano deportivo, el principal motor de este proyecto es la labor social que realizan. Mozambique es el sexto país más pobre del mundo (PIB per cápita de 500,77 dólares) y conseguir un trozo de pan que llevarse a la boca es muy difícil para la mayor parte de la población. Asimismo, un gran sector de los jóvenes menores de 22 años se encuentra sin rumbo. No tienen estudios, ni oficio y uno de sus pasatiempos es estar en las cantinas tomando alcohol.

Gracias al trabajo de Juan Gabriel Arias, guía deportivo, social y espiritual; de Racing, suministrador de las equipaciones e instalaciones necesarias para jugar; y de la Fundación Messi, principal mecenas del equipo; los jóvenes menores de 22 años tienen una ocupación y más de 15.000 niños pueden tener una educación y una nutrición diaria.

Cómo surge la idea

Juan Gabriel Arias es hincha confeso de Racing desde la cuna. Ahora se las ve y se las desea para poder ver un partido del equipo de sus amores, pero al menos una vez al año viaja a Argentina para presenciar un encuentro en el Cilindro. En su familia todos eran aficionados de la Academia, pero fue él quien los convirtió en fanáticos. "Yo empecé a ir a la cancha con la familia de un compañero de la escuela a los 12 años. Yo fanaticé a mi familia, los llevé a todos a la cancha", afirma el párroco, que luce un tatuaje en su brazo con una figura del Sagrado Corazón con el escudo del conjunto de Avellaneda.

Arias formó parte de la Comisión Directiva de la presidencia de Rodolfo Molina en la Academia (2009-2012) y desde el club se encargó de llevar a cabo varios trabajos sociales en Argentina. En el año 2000 llegó por primera vez a Mozambique como parte de una misión católica, aunque sólo estuvo tres meses.

Ya en 2015, después de varios años viajando a África, se instaló definitivamente en Mangundze. Desde el principio de su andadura por el continente africano, Racing estuvo siempre muy presente, hasta pintó la iglesia de la localidad con los colores celeste y blanco.

Iglesia de Mandundze
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Iglesia de MandundzeJuan Gabriel Arias

Fue esta pasión por el fútbol y, sobre todo, por los colores del equipo, los que le llevaron a fundar un equipo. "Yo tenía la idea en mi cabeza y un amigo mío de Maputo, que es inversor, quería fundar un equipo de fútbol y como él simpatiza con el Benfica quería ponerle su nombre. Pero yo le dije 'no, no le pongas Benfica, vamos a ponerle Racing y hacemos acuerdos con Racing de Argentina, así trabajamos juntos'. Y él, porque le gustó mucho la idea y porque es mi amigo y le gustó también estar juntos en el proyecto, le puso el nombre de Racing de Mozambique", recuerda.

Este proyecto está construido desde el más absoluto altruismo. Todo lo que se hace es en favor de la población y supone una gran inversión para poder sacarlo adelante. "Es un esfuerzo, sobre todo económico, porque ya están jugando en la segunda división del fútbol de Mozambique. Es decir, que si salen primeros o segundos podrían ascender y entonces también tendrían un pequeño sueldo y con todos los gastos del equipo se hace difícil. Es un equipo que está naciendo, que está empezando, no hay casi ingresos porque tiene pocos socios y ahí la estamos peleando", explica el párroco.

Para poder sacar el equipo adelante, se ha reunido un grupo de amigos que aporta un dinero mensual. Gracias a su buena organización consiguieron llamar la atención del actual mánager del equipo, Hélder Carlos Muianga, alias Mano-Mano, ex jugador y ex técnico de la selección de Mozambique, una persona muy querida dentro del mundo del fútbol del país.

Plano deportivo: el papel de Racing

El equipo que lleva Arias más de cerca es el de Mangundze, donde él vive, a unos 200 kilómetros de la capital. Allí se forman y luego pueden incorporarse al principal, Racing de Maputo, en el que ya juegan profesionalmente o recibir una beca de estudio. Para eso deben tener un buen comportamiento. El principal objetivo del conjunto de la capital es formar a los jóvenes como futbolistas y como personas. Ser campeones es algo secundario. "Hay más de 30 equipos que ven a los chicos en las pruebas que se hacen en Maputo. Hacemos un trabajo de base muy importante para que jueguen los mejores", apunta el párroco. Si destacan mucho pueden incluso viajar a Argentina para probar suerte en las categorías inferiores de Racing. Arias sueña con ver a alguno de sus chicos vestir la camiseta del club.

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La Academia les aporta todo lo relacionado con las equipaciones y les manda dinero para que inviertan en infraestructuras en las que entrenarse y jugar. Actualmente existe un proyecto para construir un estadio en Maputo en el que el equipo de Mozambique pueda seguir creciendo como equipo y convertirse en un equipo grande del país. Otro de los objetivos es ascender a la primera división mozambiqueña y conseguir más financiación para poder seguir desempeñando esta gran labor social.

El caso más relevante de las últimas semanas ha sido el de Antonio 'Pipito' Marques. El jugador de 18 años es uno de los grandes talentos del fútbol africano. El goleador del equipo ha sido convocado con la Selección Sub-20 de Mozambique, algo de lo que el párroco está tremendamente orgulloso, al ver que su proyecto va dando frutos.

La Fundación Messi y su importante labor social en la organización

Pero lo que es más importante para el crecimiento de estos jóvenes viene de la mano de la Fundación Messi, que proporciona todo lo necesario para ofrecer un desayuno diario en 40 escuelas primarias. Fue el actor y presentador argentino Julián Weich quien le puso en contacto con Jorge Messi, que llevó el proyecto a la fundación.

En total 15.000 niños se alimentan desde hace tres años gracias a este proyecto. "Ellos me dan el dinero para comprar los alimentos que tienen todos los nutrientes que necesita un chico por día y a algunos jóvenes que comían sólo una vez por día o a veces un día al mes en los momentos de sequía y de hambre, les cambió la vida", afirma Juan Gabriel, que cuenta con la ayuda desinteresada de varias madres voluntarias y un chófer empleado de la parroquia para poder repartir el desayuno.

"La Fundación Messi ha cambiado la vida de 15.000 niños. Ahora pueden comer y educarse. No hay deserción escolar".

Juan Gabriel Arias

Además del tema nutricional –los chicos han subido de peso y les ha cambiado la textura de la piel-, los desayunos han ayudado a fomentar la educación. "Había mucha deserción escolar por tema de hambre, porque los chicos que pasaban hambre tenían que caminar para ir a la escuela unos 6 ó 7 kilómetros diarios y no podían hacerlo si estaban con hambre. Ahora van al colegio más animados porque saben que cuando llegan tienen el desayuno", explica Arias.

Han aumentado las matrículas. Según los datos que Arias proporciona a AS, hay una escuela que tenía 260 alumnos hace unos meses y ahora ha alcanzado los 350. "Son 45 comunidades en la parroquia rural en la que estoy y las más lejanas a 90 kilómetros, algunas están muy metidas en el mato de la selva y las que están más alejadas de la civilización es donde es más fuerte este desayuno, donde es más valorado y es en una de esas escuelas donde aumentó así el número de inscripciones. Los chicos que no iban a la escuela ahora van para poder recibir el desayuno, para poder comer", asegura.

El proyecto de Racing de Mozambique nació desde la pasión por unos colores y es la demostración de que el fútbol no es un simple juego, sino un vehículo capaz de ayudar a miles de personas a hacer más fácil una vida complicada en un continente como África, un lugar muchas veces olvidado por todos.