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BOCA JUNIORS

Wanchope Ábila: el 9 de Boca

Ábila se convenció de que puede ser el reemplazante del Pipa y jugó un gran encuentro en Quito. En total ya acumula 6 goles en definiciones mano a mano.

Actualizado a
Soccer Football - Copa Libertadores - Quarter Final - First Leg - LDU Quito v Boca Juniors - Liga Universitaria Stadium, Quito, Ecuador - August 21, 2019  Boca Juniors' Ramon Abila celebrates their third goal scored by Liga de Quito's Luis Caicedo REUTERS/Daniel Tapia
DANIEL TAPIAREUTERS

Ramón Ábila es un centrodelantero de los de antes. Sí, de esos que juegan metidos entre los defensores centrales, casi siempre al límite de la línea del offside y que viven en el área buscando el gol. Pocos lujos pero mucha efectividad.

Cuando alguien ve jugar a Wanchope no se enamora de sus fantasías, sus tacos, sus pases con estilo, ni muchas otras cosas que pueden llegar a tener algunos otros atacantes. Lo que tiene el cordobés es pura potencia, aguante, agresividad de la buena y un promedio de gol que no deja de sorprender. Claro, también está la parte negativa, como las reiteradas posiciones adelantadas que le cobran los líneas por encuentro. Pero qué y a quién le importa eso ahora.

La salida de Darío Benedetto al Olympique de Marsella dejó a Ábila con un rol protagónico. El exHuracán asumió la responsabilidad, realizó una gran pretemporada, se puso en forma físicamente y se autoconvenció de que puede ser el 9 titular de Boca. Le trajeron competencia interna, como el venezolano Jan Hurtado y Franco Soldano, pero poco le importó.

"Plata y miedo nunca tuve", dijo Wancho hace algunos años atrás. Así, sin achicarse ante lo que le viene por delante, Ábila toma las cosas en la vida y en el fútbol. Por eso le gustan los mano a mano, esos partidos que definen cosas y donde tan bien le va en lo personal: en total disputó 7 juegos definitorios como titular y marcó 5 goles (a Libertad, Palmeiras y River en la edición pasada; a Parananese y Liga en la actual).

La ilusión de todo Boca sigue alimentándose partido a partido. Gustavo Alfaro y Nicolás Burdisso pregonan el perfil bajo para ir despacio, sin apurarse y sin creerse más que nadie. Wanchope también entendió estos conceptos, por eso se mata en cada práctica para dejarle en claro al DT que puede contar con él para cuando las papas quemen. Se vendrán semanas intensas por delante, quizá con partidos inolvidables, pero Ramón se la banca y quiere ir por más.