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BRASIL 2-0 ARGENTINA

Messi revive sus pesadillas y Brasil elimina a Argentina

Argentina cayó eliminada ante Brasil pese a ser mejor. El 10 estrelló un balón en el poste y el Kun, otro. Gran Gabriel Jesus. Novena decepción con la albiceleste de Leo.

Messi revive sus pesadillas y Brasil elimina a Argentina
Juliana FlisterGetty Images

No importa jugar bien o mal, ser mejor o peor, merecerlo más o menos. La pesadilla de Messi con Argentina continúa. El jugador del Barça sucumbió junto al resto de la Albiceleste en una semifinal ante Brasil en la que los unos pusieron el juego y los otros los goles. Un varapalo más para Leo, el noveno con su selección. Uno duro y doloroso, pues esta vez Argentina hizo mucho más que en otras ocasiones por llevar a Messi hasta su primer trofeo de selecciones.

Ni siquiera necesitó Brasil ser un equipo excelso para deshacerse de su acérrimo rival. No hay Brasil-Argentina sin tensión y este fue más de lo mismo. Cada balón resultó una guerra a la que los argentinos fueron como un resorte, quizá excesivamente acelerados de principio a fin. Tampoco les calmó el árbitro, Zambrano. El ecuatoriano se vio superado y le costó poner paz entre tanto remolino. Tiene un problema serio la CONMEBOL con el arbitraje y esta fue una nueva muestra.

Brasil se manejó mejor en el fango, como tanto le gusta a Tite. La presión fue agresiva y Casemiro mantuvo esa inmunidad para hacer faltas que beneficia su estilo de juego. También hubo lugar para los artistas. Uno de ellos fue Dani Alves, que robó un balón, lo convirtió en un sombrero y abrió a la banda en la jugada del primer gol brasileño. Firmino centró al área y Gabriel Jesus remató solo para poner la guinda a la acción del magnífico lateral derecho. Cuesta recordar un mejor jugador que Alves en su puesto en la última década y ahí sigue dando que hablar a sus 36 años.

A Argentina el gol le revolvió las tripas y los viejos fantasmas empezaron a sobrevolarle. Sin embargo, la reacción fue buena y permitió ver la mejor versión de Messi en el torneo. Mezclando bien con los jugadores de arriba y apareciendo por todos los flancos, el 10 hizo que Argentina creciera y fuera acercándose al arco de Alisson. Un centro suyo lo cabeceó Agüero al larguero en la mejor oportunidad para empatar. Poco después volvieron a conectar ambos pero se cruzó un defensor brasileño de forma milagrosa. Messi estaba vivo y Argentina, también.
Porque con Paredes en la manija y Messi como un centrocampista más, Brasil se fue arrugando y decidió basar su plan en encerrarse en su cascarón a la espera de poder descubrirse en algún momento.

Sentencia. Argentina mereció claramente empatar. Messi se encontró de nuevo con el poste y Scaloni metió jugadores de cuajo con Di María y Lo Celso. El propio Messi lanzó de falta a la escuadra y Alisson achicó con una suficiencia insultante. El paso de los minutos perjudicaba a Argentina, que se veía confiada y con garantías de poder empatar.

Pero como si Tite lo hubiera planeado todo a la perfección, como si el destino esperase a Messi una vez más y para siempre, una contra magníficamente dirigida por Gabriel Jesús la aprovechó Firmino para finiquitar el partido. Ni el mejor Messi del torneo ni la mejor Argentina posible pudieron revertir una situación incorregible: la de Messi y su selección. La de Messi y su bestia negra.