Veintisiete grados centígrados y una humedad del 77% pusieron a prueba este martes el estado físico de los jugadores de la selección argentina en Río de Janeiro, donde este viernes se citarán con la de Venezuela en partido de los cuartos de final de la Copa América. El cielo azul que descarta cualquier riesgo de lluvia sobre el estadio Maracaná y vientos de 14 kilómetros acompañaron un entrenamiento a puerta cerrada de los pupilos de Lionel Scaloni en la sede de club Fluminense, el más enconado rival del Flamengo en la denominada Cidade Maravilhosa. Los matices del variado clima en Brasil y sus compromisos en la fase de grupos, que terminó el lunes con el cierre del Grupo C, han llevado a la Albiceleste desde el calor sofocante de Salvador, en noroeste del país, a un ambiente primaveral en Belo Horizonte, situada en el sudeste, y desde allí a la sureña ciudad de Porto Alegre, que afronta por estos tiempos un invierno moderado. De nuevo al sudeste, en Río de Janeiro, los argentinos han elegido una sede de entrenamientoscercana a su hotel de concentración, pero alejada de los más frecuentados lugares turísticos de la ciudad como las playas de Leme, Copacabana, Ipanama y Leblón. Decenas de aficionados aguardaron la noche del lunes la llegada a Río de Janeiro de la selección albiceleste, que solo en la tarde de hoy tomó contacto con la cancha de fútbol y las instalaciones complementarias del Fluminense. La delegación permanecerá en el mismo hotel hasta el próximo sábado, cuando ya habrá conocido su suerte en el torneo. Tras vencer a Catar el domingo por 2-0 en el cierre del Grupo B se espera que Scaloni comience a perfilar un equipo con dos novedades: los ingresos del central Germán Pezzella y Marcos Acuña por Juan Foyth y Giovani Lo Celso. El once titular más probable se perfila con Franco Armani; Renzo Saravia, Germán Pezzella, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Marcos Acuña; Lionel Messi, Sergio Agüero y Lautaro Martínez.