Selección Argentina
El desahogo de Lionel Scaloni tras su difícil semana en Brasil
Festejó con locura los goles de Lautaro y el 'Kun' Agüero y vivió con tanta intensidad el partido que recibió la primera amarilla de un DT en la historia de Copa América.
Minuto 3. Bassam Alrawi quiso salir jugando con un pase hacia adentro, pero de forma increíble le regaló el balón a Lautaro Martínez, quien marcó el 1-0 de Argentina a Qatar en la Arena do Gremio de Porto Alegre. Los más de 25 mil albicelestes que llegaron al estadio gaúcho enloquecieron cuando el remate del jugador de Inter de Milán descansó en la red. Pero uno de los más locos fue Lionel Scaloni.
El DT de la Selección Argentina sabía que viviría un día difícil. Fue reprobado cuando su nombre se escuchó por los altoparlantes del estadio y en solo una semana había pasado de dar sin problemas la formación que jugaría en Salvador frente a Colombia a no querer darle ventajas a Qatar. La presión y las críticas le llovieron durante toda la previa al duelo con los asiáticos. Por eso que el gol de Lautaro lo liberó. Lo desató.
Después siguió dando órdenes y siendo bastante efusivo cuando Julio Bascuñán cobraba algo en contra de su equipo. Tanto que fue el primer entrenador amonestado en la historia de la Copa América.
Le pedía a sus jugadores con ademanes claros que salieran del fondo, cuando Qatar tenía el balón. En los cambios acertó y cuando Paulo Dybala asistió a Sergio Agüero antes del 2-0, el DT parece que percibió que la jugada tendría final feliz. Se acercó al límite de la cancha y, casi adentro de ella, vio el derechazo cruzado del 'Kun'. Cuando la pelota entró al arco corrió unos 25 metros gritando desaforado.
Luego volvió a su posición y, un poco más tranquilo, esperó por el final. "Todo lo que se habla te afecta. Me pasaba como jugador y sé que a ellos les pesa. Trabajamos mucho en que traten de sentirse con la menor presión posible", dijo posteriormente en la conferencia de prensa. Lo claro de todo es que él también se sacó una mochila llena de piedras. Y ahora, en el Maracaná, puede ser el inicio de algo distinto.