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MUTUA MADRID OPEN

Schwartzman y Thiem se estrellan en la final de dobles

No pudieron contra una de las parejas favoritas formada por el holandés Rojer y el rumano Tecau y cayeron por 6-2 y 6-3 en la final de Madrid.

Schwartzman y Thiem se estrellan en la final de dobles
Alex PantlingGetty Images

Diego Schwartzman y Dominic Thiem se quedaron a un paso de la gloria. La pareja argentino-austriaca cayó en la final de dobles del Mutua Madrid Open ante el holandés Jean-Julien Rojer y el rumano Horia Tecau por 2-6 y 6-3 en una hora y 12 minutos Es la segunda final perdida por Schwartzman y Thiem tras caer en Buenos Aires en febrero, donde cayeron ante González/Zeballos. Por su parte, Rojer y Tecau vuelven a levantar el título en Madrid tres años después y suman ya 18 a su palmarés como pareja.

El partido se torció desde el primer set. Un break temprano, en el cuarto juego de la primera manga, complicó las intenciones de Schwartzman y Thiem, que fueron a remolque la mayor parte del encuentro. Consiguieron responder en el siguiente para ponerse 3-2, pero poco duró la alegría porque la pareja rival volvió a romper el juego hasta en dos ocasiones para acabar el primero con un contundente 6-2.

La sensación en el comienzo del segundo es que Schartzman y Thiem podían ponerse a la altura de una de las mejores parejas del circuito. Rojer, número 26º del ránking de dobles, y Tecau, número 33º, llegaban a Madrid como favoritos y cumplían las expectativas llegando a la final con honores. Además, descansados por no haber tenido que disputar el encuentro de semifinales que tenía que enfrentarlos al brasileño Demoliner y al ruso Medvedev. Otro break en el cuarto juego les ponía por delante, pero se volvía a apretar el set con un contrabreak. A partir del sexto juego, Rojer y Tecau volvieron a ponerse serios y no frenaron hasta llevarse el partido con un 6-3 en el segundo.

La efectividad con su saque del rival (más de un 83% de puntos ganados con su primer servicio), especialmente con el potente servicio de Rojer, fue demasiado para Schwartzman y Thiem, que volvieron a demostrar que están para competir con los mejores pero que les falta un punto más de compenetración para poder luchar por los títulos.