BOCA JUNIORS
Boca, el liderazgo y un necesario paso al frente
Si se ven los números, el equipo de Alfaro tiene espalda para lo que se viene. Pero el fútbol no solo son estadísticas y Boca lo tiene que refrendar hoy en La Bombonera.
Los números puedes ser engañosos. A veces refrendan y ayudan a comprender la situación de un equipo y otras puede que engañe. El matrimonio de Alfaro y Boca que empezó con un empate en Rosario contra Newell's allá por el mes de enero lleva ya varios meses y se pueden ir analizando cosas.
Desde aquel día, Boca ganó 14 partidos (Supercopa Argentina por penales incluida), empató cinco y perdió solo dos encuentros (contra Atlético Tucumán y Athletico Paranaense). En alguno de esos encuentros, Boca jugó bien, en otros jugó regular y en muchos jugó mal, pero los números muestran que Boca gana. Lo de convencer, se puede debatir.
Uno de los primeros partidos en los que Alfaro y Boca sufrieron mucho fue contra Defensa y Justicia en Varela. Ahí Boca ganó con gol de Tevez tras un error de Unsaín pero el partido fue todo del equipo local, un acoso y derribo. Boca aguantó como pudo, sacó un resultado muy fuerte en lo moral para el grupo y reforzó la idea de Alfaro. En la previa, Boca había perdido en La Bombonera contra Atlético Tucumán y decía adiós a la posibilidad de alcanzar a Racing.
Más tarde llegaba la visita a la altura de Bolivia para jugar por Copa Libertadores. Boca consiguió un empate que volvió a reforzar al grupo, pero el equipo no jugaba bien. Una seguidilla de cuatro victorias contra San Lorenzo, Tolima, San Martín de Tucumán y Banfield mostraba una mejoría, pero era verdad que los equipos que se tenían enfrente eran de nivel más modesto.
La siguiente prueba seria llegó en Brasil contra Paranaense. Boca no consiguió hacer pie en ningún momento contra el cuadro brasilero y salió goleado. Errores groseros para un equipo de élite y mal juego. Alfaro, siempre cuidadoso con este tipo de partidos y buscando una solidez que todavía no encuentra, se vio superado. Pero había que levantarse y Boca lo hizo.
Dos semanas después Boca visitaba a Tolima y tenía que sacar un buen resultado. A pesar del buen juego inicial y hacer figura al arquero local, Boca se ponía 2-0 abajo a los 15 minutos. Una muestra de carácter y buen juego (los mejores 45 minutos de la era Alfaro) hicieron que Boca lo empatara. Finalmente el punto conseguido se dio por bueno pero en lo anímico le servía mucho al técnico. El grupo respondió ante la adversidad.
El último encuentro clave fue contra Rosario Central por Supercopa Argentina. Boca y Alfaro tenían mucho que perder y poco que ganar. Boca no jugó bien, en vez de hacer su juego sucumbió a lo que querían Cocca y Rosario Central. Pudo definirlo gracias a las individualidades pero no lo consiguió. En los penales, Andrada decidió un partido que tranquilizó al Mundo Boca.
Hoy, contra Paranaense en La Bombonera, Boca tiene que dar un paso al frente, mostrar que tiene que ser protagonista en todos los partidos y una solidez defensiva que hasta ahora no se mostró. La Copa Libertadores se gana por detalles y con un equipo que sepa a lo que juega. Boca y Alfaro tienen que buscar eso, una identidad, una manera, un fin. Improvisar está prohibido.