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De La Cruz y el factor confianza, una clave del River de Gallardo

El mediocampista uruguayo jugó un muy buen partido contra Alianza Lima y se asienta en el equipo titular a fuerza de goles y asistencias.

De La Cruz y el factor confianza, una clave del River de Gallardo
Prensa River Plate
Nicolás Mirelman
Actualizado a

En los casi cinco años que lleva Marcelo Gallardo al frente de River, no es novedad que todos los éxitos conseguidos durante su ciclo son producto de un puntilloso trabajo táctico y futbolístico, pero también de un esfuerzo dedicado a sostener la fortaleza anímica de sus planteles, sobre todo en momentos adversos.

El caso de Nicolás De La Cruz vuelve a ratificar que cuando el entrenador va a fondo y apuesta junto a su cuerpo técnico por un futbolista que recibe cuestionamientos de los hinchas, suele tener razones válidas para respaldarlo.

Los ejemplos sobran. Más allá del más emblemático, el de un Gonzalo Martínez que transitó los murmullos y se despidió del club como ídolo, hubo muchos otros jugadores que bajo la conducción del Muñeco cambiaron los reproches por aplausos y hasta los silbidos por ovaciones.

Desde Carlos Sánchez hasta Milton Casco, pasando por otros que terminaron siendo indiscutidos como Sebastián Driussi, Ignacio Fernández, Rafael Borré o Lucas Pratto, existe un factor común entre aquellos hombres en los que Gallardo creyó en épocas complicadas, basado en su convicción de que siempre contaron con las condiciones necesarias para jugar en el Millonario, y luego le pagaron con creces.

"Es un jugador que nos da una dinámica diferente a las otras alternativas que tenemos", sostuvo el DT en la conferencia de prensa posterior al partido contra Alianza Lima. De La Cruz, con otro gol de gran factura -ya había convertido uno en Porto Alegre-, una asistencia a Matías Suárez y la generación de un penal en el primer tiempo, fue uno de los más destacados en la noche del Monumental.

Sus cualidades ya asomaban desde 2017, cuando desembarcó en Núñez, pero lo cierto es que parecían "dormidas" hasta las últimas semanas. Un mediocampista ofensivo veloz, liviano, habilidoso y con buen pase y buena pegada, opacado muchas veces por su falta de determinación y sus falencias a la hora de tomar decisiones. Cuestiones más psicológicas que atléticas o conceptuales.

El número 11 de River no se convirtió en un crack inobjetable, pero sí mostró en los últimos partidos una versión encaradora, rebelde, convencida. Y en un momento en el que el equipo sufre por la ausencia de Juan Fernando Quintero y la irregularidad propia de la juventud de Cristian Ferreira, es un bálsamo para el funcionamiento colectivo.

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"Los jugadores creativos a mí me despiertan cierta sensibilidad. Algunos necesitan más tiempo, otros menos, algunos se conectan más rápido con el público, otros no. El jugador creativo, el que asume riesgos, tiene más posibilidades de equivocarse, pero a mí me encanta eso. Me gusta que se hagan cargo de las situaciones, de la toma de decisiones. Por ahí no sean las correctas, pero me gusta que sigan insistiendo. Son esos jugadores que generan satisfacción en el hincha cuando aciertan".

La definición del líder del campeón de América explica su paciencia. El despertar de otro jugador justifica su espera. Todavía es un puesto que Gallardo analiza, en el que busca variantes, pero la vara de De La Cruz ahora subió unos cuantos centímetros.