RIVER PLATE
La reinvención de Enzo Pérez: de alternativa a titular indiscutido
El jugador mendocino encontró su puesto y su función para convertirse en una pieza inamovible en el dibujo táctico de Marcelo Gallardo.
Cuando llegó a Núñez a mediados de 2017, los riverplatenses se ilusionaron con ver a aquel volante mixto que aportaba sacrificio, llegada y gol en sus primeras etapas en Godoy Cruz y Estudiantes. Con varios años de roce europeo y una capacidad probada en la Selección Argentina, Enzo Pérez fue presentado en aquel entonces como el refuerzo de mayor jerarquía de la gestión D'Onofrio.
Pero después de su readaptación al fútbol argentino, con varios altibajos, una serie de lesiones musculares lo fue marginando de la titularidad hasta que, en la última Copa Libertadores, el entrenador encontró en la dupla Leonardo Ponzio - Exequiel Palacios el equilibrio que buscaba.
Sin embargo, por su carácter y su personalidad, Enzo siempre fue tenido en cuenta por el Muñeco para los partidos más trascendentales, como lo fueron las dos finales ante Boca en La Bombonera y en Madrid.
Aunque fue abanderado de las conquistas más recientes y adoptado por el público por su identificación como hincha, le costó consolidarse como uno de los irremplazables en la habitual alineación titular.
En el arranque de 2019, la lesión de Palacios y la dosificación de esfuerzos que el DT dispuso para Ponzio le abrieron la puerta al ex Valencia para volver a ganarse un lugar fijo entre los once. Y el Millonario empezó a funcionar a su compás.
Reconvertido en un futbolista casi sin presencia en el área rival pero fundamental en el quite y la distribución de la pelota, Pérez le sumó a su buen primer pase una evidente mejora en su posicionamiento y se hizo eje de un River que tiene un mediocampo vertiginoso que necesita de su pausa.
La distensión que lo alejó unas semanas de las canchas afectó a la circulación de juego del equipo y, en Tucumán, el número 24 del Millonario volvió a demostrar por qué su aporte resulta hoy en día fundamental para sus compañeros.
Como salida desde el fondo, como líder cuando le toca ordenar a sus laderos, como cerebro cuando hay que tener la pelota o buscar una falta para atenuar la presión, cuando está bien, es el hombre que hace girar al campeón de America a su alrededor.
El mendocino se siente cómodo lejos de los focos, que hoy se van con Quintero, con Ferreira o con los delanteros. Su nuevo rol no es el de la figura que llegó desde España para darle el salto de calidad al plantel. Es aún más importante.
En silencio, sin brillar pero sin fallar, Enzo Pérez encontró finalmente, dentro de un esquema que se va aceitando, el lugar que mejor le sienta. Y a este ritmo, será difícil que alguien se lo quite.