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RIVER PLATE

La consagración de Casco en River tras ganarle a Racing

El lateral izquierdo de River dejó definitivamente atrás los cuestionamientos. El partido ante Racing terminó con una gran intervención suya y todo el Monumental lo ovacionó.

La consagración de Casco en River tras ganarle a Racing
ALEJANDRO PAGNIAFP

“Dale campeón, dale campeón”, coreó el Monumental desde los cuatro costados. Sonó, esta vez, como un grito de guerra. Sacando pecho, con orgullo por la demostración de fútbol que acababan de ver de parte de sus jugadores y, en particular, por la última maniobra individual de Milton Casco.

El marcador de punta izquierdo, que fue blanco de muchas críticas entre 2016 y 2017, se ganó este domingo en el partido ante Racing su primera ovación generalizada. Como alguna vez le sucedió a Gonzalo Martínez, cambió la reprobación, los silbidos y hasta algún insulto por el reconocimiento de los hinchas, en base a un desempeño que lo convirtió en indiscutible.

Casco llegó en 2015 a un River que venía de ganar la Copa Libertadores y, a la sombra de Leonel Vangioni, le costó ganarse un lugar. Con la salida del santafesino, pudo tener más minutos, aunque no alcanzó a ser el que se había destacado en Newell’s y la resistencia del público creció. Entonces, llegó Marcelo Saracchi desde Uruguay y el entrerriano volvió a quedarse sin la titularidad.

Como suele hacer con aquellos futbolistas a los que les tiene particular confianza por sus condiciones, Marcelo Gallardo lo esperó. Trabajó con él, en lo mental y también en lo táctico, para reconvertirlo en un lateral que pasara de manera constante al ataque, que no se descuidara en el retroceso y que además se cerrara cuando las acciones así lo demandaran para colaborar con la gestación de juego en el mediocampo.

Ya en 2018, el Muñeco le dio su chance definitiva. Cuando se fue Saracchi al fútbol alemán, optó por no ir a buscar otro para su puesto: entendió que era el momento de Casco. Lo respaldó para el tramo final de la Copa Libertadores y Milton le respondió como nunca antes, siendo una pieza importante del equipo que hizo historia en Madrid.

Los riverplatenses entendieron, como con el Pity, que era hora de reconocer el progreso de un futbolista que demostró estar a la altura del club. Y le brindaron entonces la ovación que se merecía: “Olé, olé, olé, olé, Milton, Milton”, gritó el Monumental después de su gol -con algo de fortuna- para liquidar el trámite ante La Academia.

Pero la noche de la redención no terminó ahí. Transcurría el segundo de los tres minutos de descuento del complemento cuando, envalentonado por el apoyo recibido, el número 20 de River ridiculizó al villano de la jornada. Ricardo Centurión, el más abucheado por la hinchada local por su pasado en Boca y sus cruces anteriores con el Millonario, vio como el flamante hijo adoptivo de la gente le pisaba la pelota, giraba, la volvía a poner bajo la suela y ensayaba un intento de caño que, aunque no pasó entre las piernas, se festejó como un gol.

Faltaban 40 segundos, pero Patricio Loustau dio por finalizado el partido. No hacía falta más nada para determinarlo: ya era la noche consagratoria de Casco.