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BOCA JUNIORS

Gago y un injusto final

Se termina el segundo ciclo de ‘Pintita’ en Boca de una manera que nadie quería. Las lesiones empañan a un jugador importante en la historia del club.

Gago y un injusto final

Hablar de merecimientos en el mundo del fútbol se hace un poco complicado. En el apartado resultado, los merecimientos no existen: se gana, se empata o se pierde. En el apartado humano, sí los hay, por diversas y varias razones.

Fernando Gago es uno de esos jugadores que siempre fue cuestionado por parte de la hinchada de Boca. Producto del ‘Xemillero’, con 18 años se puso la camiseta de Boca y deslumbró a todos. El ‘Chino’ Benítez le dio la chance en un equipo alternativo y él mismo se ganó un lugar con los titulares. Después la historia es sabida: llegó Alfio ‘Coco’ Basile y le dio el mando del equipo, algo que terminó con 5 títulos para Gago entre 2004 y 2006 y una venta histórica (la más importante del club) al Real Madrid. Antes de irse sufrió uno de los peores episodios deportivos de su carrera con la derrota ante Estudiantes en la final a partido único con La Volpe en el banco de suplentes.

Ese chico con pelo largo recibió desde el primer momento el cariño de la hinchada. No era el típico jugador que se lleva el aplauso rápido de La Bombonera, si no que se lo ganó. Era de la casa, jugaba, quitaba, hacía jugar, se sacrificaba. Gago sabía lo que era Boca y nunca dio un problema de puertas hacia fuera.

Su paso por Europa fue criticado. El ritmo del fútbol español le pasó factura en muchos momentos, pero jugó cinco años en el Real Madrid, otro en la Roma y uno en Valencia. Más de 170 partidos, que no son pocos, para un jugador que siempre que estuvo bien físicamente formó parte de la selección nacional.

En la selección hay varias situaciones que lo marcan. Muchos le critican la carrera que no dio para seguir al jugador alemán en el alargue de la fatídica final del 2014. Otros le admiran su intento de seguir en el famoso partido de La Bombonera contra Perú en el que se rompe la rodilla. Una cosa es clara: uno de los mejores socios de Messi en la Selección fue Gago, aunque pueda sonar extraño para el público general. Para Fernando, Messi era la primera, la segunda y la tercera opción de pase. Siempre buscaba el lugar perfecto para que el jugador del Barça pudiera recibir mirando al arco. El mejor ciclo de Sabella –Eliminatorias para Brasil- fue con Gago en la cancha y eso no era casualidad.

Su vuelta a Boca en el año 2013 se produce en un momento complicado del club. Bianchi no terminaba de encajar y la situación no era la idónea. Pese a ello, Gago fue campeón de la Copa Argentina y del torneo local con Arruabarrena en el banco de suplentes. En medio, la primera rotura del tendón de Aquiles lo dejaba afuera de las canchas.

'Pintita' sufrió, pero volvió, y cómo volvió. Con la llegada de Barros Schelotto, Gago tuvo su mejor momento desde su vuelta. Él era el enlace entre las dos partes del equipo y la vuelta de Tevez lo potenció. Boca jugaba muy bien y arrollaba al son de Gago, pero en abril de 2016, nuevamente contra River, se produjo la misma lesión.

A partir de ahí, a Fernando le costó. Volvió a jugar y la mencionada lesión con la Selección Argentina lo dejó afuera de las canchas un tiempo. Él quería recuperarse, sabía que podía, y lo consiguió. Pero en la final de Madrid pasó lo que nadie quería que pasase. Tercera lesión de tendón de Aquiles, tercera contra River.

Entonces, los rumores fueron yendo y viniendo. Parece que está cerca de confirmarse, pero Gago, ‘Pintita’, Fernando, el chico del club, uno de los ídolos que nunca levantaron la voz, se va de Boca firmando una rescisión de mutuo acuerdo.

El verdadero hincha de Boca se quedará con lo bueno de Gago y su amor por la camiseta y los colores. Este hecho puede ser el último capítulo de una historia que empezó allá por 2004 con un chico con pelo largo que deslumbró desde el primer día en Brandsen 805. Gago se merece toda la admiración, no por esos 9 títulos ganados y por ser el pase más caro, si no por su instinto de superación.

Que ese injusto final se convierta en una despedida con reconocimiento para el capitán de Boca.