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SAN LORENZO

La emoción de “Pipi” Romagnoli en su despedida

Emoción. Fue esa la sensación que deambuló durante toda la tarde en un soleado Nuevo Gasómetro en la despedida del último gran ídolo de San Lorenzo.

Emoción. Fue esa la sensación que deambuló durante toda la tarde en un soleado Nuevo Gasómetro en la despedida del último gran ídolo de San Lorenzo.

Emoción. Fue esa la sensación que deambuló durante toda la tarde en un soleado Nuevo Gasómetro. Allí, Leandro Romagnoli, el último gran ídolo de San Lorenzo, se calzó la camiseta que tantas veces defendió y a la que llevó a lo más alto de América por primera vez en su historia. Y tuvo su merecida despedida ante algunos de la inmensa cantidad de hinchas que tantas veces lo ovacionaron.

“Tenía muchas ganas de hacer esta despedida, de compartirlo con mis compañeros que son parte de la historia de San Lorenzo y con la gente, que me apoyó en cada momento y fue el corazón de este equipo para ganar lo que hemos ganado”, dijo con lágrimas en los ojos el “Pipi”. El que se retiró a mediados de este año y de inmediato se calzó el traje de manager. El que con sus gambetas, enamoró a todo Boedo.

Participaron amigos de sus dos etapas en la institución. Los de la primera, cuando ganó el torneo Clausura y la Copa Mercosur 2001, y la Copa Sudamericana 2002, y los de la última, en la recta final de su carerra, cuando se consagró en el torneo Inicial 2013, la Supercopa Argentina 2015 y, principalmente, la Copa Libertadores de América 2014.

Estuvieron Edgardo Bauza, Rubén Darío Insúa, Oscar Ruggeri, el técnico que lo hivzo debutar, y Esteban “Gallego” González desde el lado de afuera de la cancha, apuntándolo como en sus días gloriosos de jugador.

Metió Romagnoli un gol de penal. Luego marcó que la calidad está intacta con una gran definición. Más tarde, entrelazó sentimientos puros y verdaderos con sus hijas y su papá en el centro del campo de juego y lo recorrió también por completo, saludando a los cuatro costados del Nuevo Gasómetro.

Y otra vez la emoción, y ese sabor a despedida, pese a que seguirá yendo con frecuencia al club, porque su nueva función así lo requiere. Ya no habrá más Romagnoli de pantalones cortos ni gambetas endiabladas. Al menos, “Pipi” tuvo una gran despedida.