"Tenemos que evitar que los violentos estén en las canchas"

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, destacó hoy la importancia de que se apruebe la denominada ley de barrabravas para alejar a los violentos de las canchas luego de que ayer el presidente Mauricio Macri valorara la iniciativa para terminar con la violencia en el fútbol.

"La ley establece una serie de medidas para evitar que los violentos estén en las canchas", sostuvo la funcionaria en diálogo con radio Mitre, a horas de que el proyecto sea tratado hoy en un plenario de las comisiones de Legislación Penal y Deportes de la Cámara baja, con el fin de que se pueda sancionar, en una sesión especial, el próximo jueves.

La iniciativa agrava las penas de prisión a quienes cometan hechos de violencia en los estadios de fútbol, y tipifica como delito que los dirigentes de los clubes puedan entregar entradas a estos grupos violentos, al tiempo que impone serias penas para los que ingresen armas y otros elementos contundentes.

"La ley contempla conceptos principales. El primero consiste en que todas las contravenciones, cómo pueden ser la actividad de los trapitos o las extorsiones en las puertas de los estadios, pasan de ser una contravención a un delito penal", explicó Bullrich.

Y agregó que esto debe ser así porque se trata de "mecanismos de alimentación de mafia de barras bravas que extorsionan a la gente o a la dirigencia", aunque añadió que "en algunos casos, la dirigencia es parte de ese mecanismo con el fin de hacerse de cifras millonarias y lucrar con ese tipo de actividades".

Por otra parte, la ministra explicó que la ley de barrabravas crea "una figura de asociación ilícita cuando los barras se juntan con un fin delictivo, y en consecuencia, tienen penas mucho más altas".

La norma también "tipifica la complicidad de los miembros de las comisiones directivas que facilitan estas actividades", puntualizó.

Sobre el final, Bullrich destacó que además está contemplado que "las personas que tienen derecho de admisión sean convocados a un lugar lejano en las canchas, con tres horas de antelación, para que no puedan acercarse de ninguna manera al estadio".

"Así alejamos la posibilidad de que los violentos estén cerca de las canchas en los momentos en los que se realizan los partidos", dijo, al tiempo que resaltó que la normativa también "considera delitos todos aquellos que se producen en los traslados".

Por este motivo, la ministra explicitó que "el que vaya en el micro tiene que tener una conducta adecuada, porque si va generando violencia, rompiendo vidrios, esa conducta también es tipificada como si fuera punible y tampoco podrá entrar a los estadios".