RIVER - BOCA
La impunidad de los barras: la otra triste imagen tras la final
El domingo fueron liberados los 30 detenidos del clásico. La policia vincula el ataque al bus de Boca con la barra brava de River pero es incapaz de encontrar culpables.
Si alguien pensaba que la suspensión del clásico y los violentos incidentes que se produjeron el sábado en las afueras del Monumental, iba a desencadenar una rigurosa investigación para encontrar a los responsables, se equivocó.
Las señales que dio este domingo Argentina fueron por otro carril. Los 30 detenidos que hubo durante la jornada en Nuñez fueron liberados sin cargos, y con una orden de alejamiento de la cancha de River como única medida cautelar. Ninguno de ellos pudo ser relacionado con los disturbios y los ataques al bus de Boca que desencadenaron el escándalo.
Más temprano, el jefe de seguridad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, daba entender las razones por las que se produjo el incidente, pero era incapaz de ir más allá. Su respuesta fue más bien de resignación frente a un problema que está descontrolado.
"Esto está relacionado con el episodio del día del día viernes. Son mafias que están enquistadas en el fútbol hace más de 50 años. Lo de ayer tiene que ver con eso", afirmó, vinculando los desmanes con el allamiento a una vivienda del jefe de la barra de River, Héctor Godoy.
Por ahora eso sí el jefe de seguridad fue incapaz de explicar cómo el operativo que incluyó a más de 2000 mil polícias dejó liberada una de las zonas más conflictivas de acceso al Monumental, y donde estaba previsto que pasara el bus de Boca Juniors. Por ahora sólo dudas.
La única acción concreta que logró la policia este fin de semana fue identificar y detener a una madre que el sábado utilizó a su hija para esconder bengalas e intentar sortear los controles policiales. En sólo 24 horas, y gracias a su reloj, fue localizada y puesta a disposición de la justicia.