Gallardo y Schelotto: sus arreglos tácticos en la Libertadores
El técnico millonario ha marcado la trayectoria de River en la Libertadores con decisiones de peso y sorpresivas. Schelotto se fía ahora del doble nueve.
La cita más esperada de River y Boca estará condicionada por las decisiones finales del 'Muñeco' Gallardo y Guillermo Barros Schelotto. Siempre se puede esperar una novedad en la disposición y elección de jugadores del técnico millonario. La trayectoria de la Libertadores ha acreditado la utilidad de sus innovaciones tácticas. En el compromiso de ida, sorprendió con la presencia de tres centrales (Martínez Quarta, Maidana y Pinola) y dos carrileros largos (Montiel y Casco) para protegerse de la amenaza en el uno contra uno de Pavón, después lesionado, y Villa en las bandas y aprovechar su pobre balance defensivo. River ganó amplitud y vuelo por los márgenes y garantizó los costados con las ayudas de los centrales a Montiel y Casco durante todo el primer tiempo.
Montiel y Casco, muy liberados
Fue el último invento de Gallardo, cuyo intervencionismo también resultó relevante en las eliminatorias previas. La inclusión de Nacho Fernández entre líneas y la posición de Pratto en la vuelta de las semifinales contra Gremio reforzó el volumen de juego de River, aunque la remontada posterior tuvo un aire épico más que futbolístico. Contra Independiente marcó la pauta como local con la titularidad de Scocco, Borré y Pratto, muy móviles en las transiciones y hábiles en los duelos individuales. River focalizó sus ataques en la zona central y obligó a Independiente a cambiar su postura sobre el terreno de juego.
Scocco, referencia en la transición
El acierto de Gallardo ante Racing, con un 3-0 indiscutible en la vuelta, se plasmó en la jugada del segundo gol. El técnico millonario tenía estudiado el balón parado de Coudet, una de sus mejores armas. Palacios salió para cortar la entrega hacia la frontal del área y montó después el contraataque.
Palacios, atento en la estrategia
Schelotto, por su parte, no toma un protagonismo tan sustancial como hace Gallardo. Boca, con sus defectos y virtudes, es un equipo muy reconocible bajo una línea continuista. Pese a todo, el Mellizo demostró su capacidad de reacción en La Bombonera cuando más le apuraba River. La lesión de Pavón le invitó a repensar el sistema y dio entrada a Benedetto para colocar un doble nueve junto a Ábila. La variante mejoró la relación ofensiva de Boca con un fútbol más vertical y se sacudió, poco a poco, la presión de River que tanto daño le había hecho ya en la Supercopa y el último duelo liguero. En los Superclásicos nunca le terminó de servir el 4-1-4-1 o 4-3-3, en función de la fase del juego. Se espera que repita con dos delanteros en el Monumental.
Villa por dentro y Ábila y Benedetto como puntas
Si algo ha caracterizado a Boca es su firmeza defensiva, resquebrajada en parte durante el tramo inicial del choque de ida, y su condición goleadora. Schelotto ha priorizado el control sobre el ataque durante toda la Libertadores, aunque siempre ha sabido explotar los centros laterales y el balón parado. Estas son las fortalezas tácticas de Boca, menos cambiantes que las de River. A Gallardo y Schelotto les queda una última palabra.
Villa se proyecta y centra al área para Ábila