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SELECCIÓN

A fútbol revuelto, ganancia de Scaloni

La Superfinal de la Libertadores entre River y Boca sepultó bajo su brillo deslumbrante cualquier otra expresión futbolística en la Argentina.

A fútbol revuelto, ganancia de Scaloni
GUSTAVO ORTIZDIARIO AS

La Superfinal de la Libertadores entre River y Boca sepultó bajo su brillo deslumbrante cualquier otra expresión futbolística en la Argentina. Y si el torneo local pasó a un lejano segundo plano, ni hablar de los dos partidos que la selección jugará viernes y martes frente a México, en una nueva ventana FIFA.

A contramano del interés general tras el fracaso en Rusia 2018 y maltratado por la propia AFA, que cuatro meses más tarde continúa sin designar un entrenador definitivo, el combinado nacional va gestionando como puede los encuentros que el calendario de amistosos le presenta, tanto en lo organizativo como en lo futbolístico.

El doble enfrentamiento ante el elenco azteca –otro equipo con técnico provisional y en fase de transición luego del Mundial- ya hubiese despertado una atracción relativa por sí mismo. Sin Messi ni varias de las figuras de los últimos años y sin futbolistas de Boca y River en la citación, el magnetismo que puede despertar la camiseta blanquiceleste queda devaluado de antemano. La proximidad de la revancha por la Copa con un 2-2 en la ida termina por reducir al mínimo su trascendencia.

Pero en estas situaciones de río revuelto siempre hay alguien que sale beneficiado. En este caso, Lionel Scaloni. El técnico que por descarte y para salir del paso colocó al frente del equipo la directiva presidida por Claudio Chiqui Tapia sabe que tiene ante sí dos partidos relativamente relajados que no centrarán la atención del mundo futbolero argentino, y de esa manera, sus chances de ser confirmado en el cargo por otros seis meses se acrecientan.

Fue el propio titular de la AFA quien le puso plazo a la permanencia de Scaloni en la selección: “Seguirá hasta diciembre, y en enero elegiremos el técnico definitivo”, dijo Tapia en su día. Hoy, esa afirmación está más en el aire que nunca por un puñado de razones.

La primera, y más evidente, es que no hay candidato a la vista. Autodescartados Simeone y Pochettino, en algún momento se especuló con un regreso de Gerardo Martino que el Tata se ocupó de desactivar con una frase lapidaria: “Las cosas no cambiaron mucho desde que me fui”. José Pekerman nunca fue una verdadera opción, igual que Ricardo Gareca, quien prefirió asegurar su continuidad en Perú.

La mirada hacia el fútbol local tampoco tiene respuestas convincentes. Marcelo Gallardo no comulga con esta dirigencia, más allá de que en su interior se sienta atraído por la idea de dirigir al equipo nacional. Jorge Almirón, el candidato impulsado desde Casa Rosada, acaba de firmar con San Lorenzo. El futuro de Guillermo Barros Schelotto parece estar en Estados Unidos. Y por otra parte, los dirigentes de AFA no quieren ganarse enemigos en ningún club por“robarle” al técnico. En definitiva, hoy por hoy no hay nadie que opte al puesto.

La situación, además, no incomoda a Chiqui Tapia. Continuista por naturaleza, respetuoso del trabajo por el trabajo en sí mismo, hace ya un tiempo el presidente empezó a acunar la posibilidad de estirar la provisionalidad de Scaloni como mínimo hasta la Copa América de Brasil, a mediados del año próximo. Así, la búsqueda de otro seleccionador se retrasaría hasta antes del comienzo de las eliminatorias para Qatar 2022. Y esto, siempre y cuando el rendimiento en Brasil sea deficitario.

Si necesita algo más para convencerse, a Tapia los mensajes que le llegan desde el plantel le sirven de coartada. Sergio Romero, el más veterano de los jugadores citados para los partidos ante México, apoyó con decisión la tarea del técnico en estos meses. Algo parecido hizo Leandro Paredes la semana pasada: “Ojalá siga. Sabe lo que quiere y nos transmite tranquilidad”, señaló desde Rusia.

Claro que el aval tiene una explicación muy lógica. El arquero que se quedó afuera del Mundial por lesión volvió al equipo de la mano de Scaloni, y desde la llegada de este cuerpo técnico se han multiplicado los debuts y han encontradocontinuidad algunos hombres que hasta ahora habían sidopoco y nada tenidos en cuenta. De hecho, en la presente convocatoria apenas el 30% de los jugadores (solo 4, Romero, Mercado, Funes Mori y Lamela) disputó más de 20 partidos con el equipo. Esta vez, los debutantes absolutos son Gazzaniga, Foyth y Gastón Giménez, aunque son varios los que no llegan a 5 encuentros internacionales.

Entre una cosa y otra, el ciclo Scaloni parece condenado a estirarse. Salvo que en los próximos días una catástrofe ante México le recuerde al fútbol patrio que además de River, Boca y la Libertadores también existe un equipo llamado Selección Argentina.