PALMEIRAS - BOCA
El día que Schelotto le ganó una final de Libertadores a Palmeiras
Boca conquistó su tercera Libertadores ante Palmeiras en el año 2000. Lo hizo en penaltis y el que es ahora director técnico del xeneize anotó el primero.
Hubo un día en el que Guillermo Barros Schelotto hizo historia ante Palmeiras en Brasil. Corría el año 2000 y Boca estaba de dulce. Una de las generaciones más prometedoras de su historia se plantaba en la final de la Copa Libertadores pero lo hacía con la losa de haber vivido 22 años de sequía en el máximo torneo continental. Unos jóvenes Juan Román Riquelme, Martín Palermo o Walter Samuel, dirigidos por el 'profe' Bianchi luchaban contra la historia y contra el vigente campeón de la competición. Palmeiras asustaba a Sudamérica con un plantel imponente, con futbolistas con experiencia como Roque Júnior, Marcos o Alex y un técnico de primer nivel como Luiz Filipe Scolari.
En aquel equipo xeneize jugaba Guillermo Barros Schelotto. Hacía una dupla letal junto a Martín Palermo. Es curioso, ya que la relación entre ambos, en un principio, no era nada buena: se enfrentaron en numerosas ocasiones cuando Schelotto jugaba en las inferiores de Gimnasia y Palermo en las de Estudiantes y tuvieron muchos problemas cuando los equipos se enfrentaban en el derbi de La Plata. Cuando llegan a Boca, el mal ambiente era evidente, pero Bianchi tenía claro que si eran capaces de trabajar juntos tendría un arma potente en ataque. Los colocó juntos y todo empezó a rodar.
Volviendo a junio del año 2000, Boca fue capaz de superar a América de México en semifinales con cierta holgura tras reventar la eliminatoria en la ida ganando 4-1 en La Bombonera. Por su parte, el 'Verdao' sudó sangre para acabar dejando en el camino al Corinthians en el último penalti de una tanda dramática. Justos finalistas pero de formas distintas.
El primer partido de aquella final se jugó en Buenos Aires. El ídolo de aquel duelo fue Rodolfo Arruabarrena, que anotó dos tantos. Sin embargo, Euller, habilidoso delantero brasileño, se encargó de aguar la fiesta con un gran gol para poner el definitivo 2-2 que dejaba todo abierto para la vuelta. Un panorama complicado para Boca, que tenía que ir a Brasil con la idea de ganar el partido. Schelotto fue suplente de forma sorpresiva aunque acabó jugando toda la segunda mitad con poca irrupción en el juego.
La vuelta se disputó en el estadio Morumbí de Sao Paulo. El estadio de Palmeiras por aquel entonces era el Palestra Italia, se cambio la sede para aumentar el aforo. Más de 70.000 almas esperaban ver a su equipo levantando la Copa por segunda vez consecutiva. Schelotto fue titular en un partido tosco, de muchas interrupciones y pocas ocasiones. Se cumplía el tiempo reglamentario con el 0-0 y todo se decidiría desde el punto de penal (en aquel entonces no los goles en campo contrario no valían doble).
La tanda fue una pesadilla para Palmeiras y perfecta para Boca, que anotó cuatro lanzamientos sin fallo para llevarse su tercera Copa Libertadores. Guillermo asumió la responsabilidad de tirar el primero, para muchos el más difícil, lo anotó y abrió el camino. El mellizo ganaba la primera de las cuatro copas que levantaría a los largo de su carrera. Comenzaba un idilio con la competición que quiere ahora prolongar como técnico. Y fue ante Palmeiras hace 18 años. ¿Casualidad?