"Boca es un club gigantesco que este semestre se va a jugar cosas muy importantes. Voy a tener que trabajar mucho, esforzarme para ganarme el respeto de mis compañeros y de la gente del club. Quiero ver si estoy a la altura ".
Estas fueron las palabras del líder de la defensa de Boca hace algunos meses cuando llegó de México, de Santos Laguna, donde llevaba la cinta de capitán y fue campeón. No es un detalle menor: resignó ser el referente (y mucha plata) para llegar a un club en el que tenía que ganarse un lugar y ser uno más.
Carlos Izquierdoz, el 'Cali ', como es conocido en el mundo futbolístico, tenía la confianza de los mellizos Barros Schelotto, con los que compartió equipo en el Lanús campeón de la Sudamericana. El central había compartido zaga allí con Goltz, otro jugador de Boca.
Las primeras semanas no fueron fáciles. Algún error en la pretemporada, problemas musculares...pero todos sabían que Izquierdoz se terminaría ganar el lugar. Solo una lesión hizo que estuviera varios partidos de baja, algo que trajo el enojo del defensor: "Nunca me desgarré en mi carrera por lo que no sé qué se siente en ese caso. Hacía nueve años que no me lesionaba . Tengo una amargura terrible ".
Pero tras recuperarse, volvió a ganarse el lugar. Tras varios partidos a un nivel alto, llegó Palmeiras a La Bombonera , en un partido que se suponía áspero, trabado, complicado. Izquierdoz (acompañado magistralmente por Magallán), hizo un partido espectacular : 12 duelos ganados, 9 despejes, 3 cortes, sensación infinita de seguridad en el propio arco y de peligro cuando Boca tira un saque de esquina.
El 'Cali' se ganó al hincha de Boca con esfuerzo, humildad, entrega y buen juego. Si lo pretende, ese lugar será para él durante muchos años y podrá emular lo que jugadores como Bermúdez, Samuel, Burdisso o Schiavi en el futuro más cercano lograron con esta camiseta: dar el máximo por ella y honrarla de la mejor manera.