BOCA 2-0 PALMEIRAS
Benedetto resurgió tras 339 días sin marcar y su grave lesión
La historia de superación del Pipa le llevó a ser decisivo en el momento justo y en el encuentro decisivo. Dos golazos para marcar el rumbo de Boca hacia la final.
Darío Benedetto recuperó lo que el fútbol le había arrebatado con dos goles fundamentales para Boca, el segundo una verdadera obra de arte. El destino le esperaba con los brazos abiertos. Después de pasarlo francamente mal, de un año de penuria tras caer lesionado ante Racing en noviembre del año pasado, superadas esas sesiones de rehabilitación, las recaídas y los bajones anímicos, el Pipa volvió a sentirse el nueve de Boca cuando vio romper la red por dos veces.La primera en un córner, tras rematar de cabeza; la segunda, en una jugada de otro continente, como calificó Diego Latorre, al pisar la pelota y orientarla al mismo tiempo antes de rematar.
El Pipa cayó lesionado en ese encuentro de Racing en el que había hecho su último gol. Se perdió la pelea final por el campeonato y, lo que es más grave, las posibilidades de acudir al Mundial, algo que se había ganado a pulso con sus goles vistiendo la camiseta de Boca. El golpe anímico no le hundió, aunque sí afectó. Se sobrepuso, se recuperó y hace unas semanas que ya estaba de vuelta. Con el doblete ante Palmeiras, ya suma 37 goles en 51 partidos como Xeneize.
Su grito en los goles y la forma en la que se expresó después del encuentro, calmado pero rebosante de felicidad, confirman la relevancia que Benedetto tiene para con Boca y su hinchada, un ídolo que supo superar sus peores días para celebrar con el puño al cielo la ventaja de dos goles con la que Boca viaja a Brasil y mucho más: la capacidad de superación de quien pudo hundirse y, al contrario, resurgió como el héroe que es.
