Lampe, la xenofóbia y el silencio de las autoridades del fútbol
Carlos Lampe, arquero de la selección de Bolivia, llegó a Boca y su contratación sacó de debajo de la alfombra mucha de la mugre que suele esconder la sociedad argentina y, por lógica consecuencia, también el mundo de fútbol.
“Los hinchas de River se hicieron un festín en las redes sociales por una frase del nuevo arquero de Boca”, tituló Clarín en su página web. El artículo hacía referencia a los memes y comentarios despectivos que motivaron la llegada del ex jugador de Huachipato de Chile, y también a una frase que dijo en su presentación.
Lampe manifestó que “si antes Boca era 50 más 1, ahora serán 50 más los 11 millones [de habitantes] que hay en Bolivia porque me han apoyado mucho”. Y su broma sirvió para dejar en evidencia el carácter soberbio y xenófobo que alberga una parte de la sociedad y que en el ambiente del fútbol suele malentenderse como “folklore”.
Faltó tiempo para que las distintas plataformas se poblaran de supuestos “chistes” con aire de superioridad buscando desacreditar al jugador pero que, sobre todo, hacían hincapié en su nacionalidad, históricamente despreciada en nuestro país. Peor aún, de manera más o menos solapada, en varios medios pudieron leerse o escucharse frases pretendidamente risueñas en el mismo sentido. Entre ellas, la del “festín” ya señalada.
Ayer mismo, la cuenta oficial de Boca en Twitter publicó una entrada en la que puede leerse: "Para nosotros la xenofobia nunca es una fiesta. Es un flagelo contra el que luchamos todos los días”, un mensaje de una contundencia poco habitual entre los clubes argentinos, que en general prefieren mantenerse apartados de situaciones que entienden como “ajenas” al hecho social del fútbol.
Algunos hinchas de otras instituciones se sumaron a la crítica contra los memes y demás expresiones que atacaban a Lampe. Fue el caso de La Soriano, un sector de la parcialidad de San Lorenzo, que a través de la misma red social repudió “la xenofobia desatada” por el nuevo integrante del plantel boquense.
En cambio, ni desde la AFA ni desde la Superliga se emitió opinión oficial alguna al respecto. El silencio llama especialmente la atención en el caso de la sede de la calle Viamonte, teniendo en cuenta la profusa campaña en contra del racismo que desde hace varios años ha implementado la FIFA y que ayer mismo se puso en práctica antes del amistoso que la selección Argentina disputó contra Irak.
Las expresiones denigrantes contra las comunidades boliviana y paraguaya no son nuevas en nuestras canchas. No parece necesario aclarar que el canto donde se afirma que los simpatizantes de Boca provienen mayoritariamente de dichos países –dato inexacto, por otra parte- no se trata de una cordial bienvenida sino de un modo de expresar esa mirada denigrante sobre personas que se consideran inferiores por el mero hecho de haber nacido fuera de nuestras fronteras y, básicamente, por tener pocos recursos económicos.