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SELECCIÓN ARGENTINA

El gol de Rojo y la mejoría de Messi desatan la euforia

Medios, jugadores y aficionados coinciden en que el buen papel de su estrella ante Nigeria y la agónica clasificación al final deben servir de punto de inflexión.

El gol de Rojo y la mejoría de Messi desatan la euforia
ANATOLY MALTSEVEFE

Lo que en el vuelo a Moscú desde Nizhny Novgorod hace sólo unos días eran caras largas y de pesimismo de los argentinos tras caer ante Croacia se convirtieron en rostros de alegría y euforia tras el gol de Rojo que les coloca en octavos. Gol agónico, tras una fase de grupos nefasta, pero que otorga la posibilidad, al menos, de seguir con vida en el torneo. El sábado, en Kazán, continuarán con su particular suplicio frente a Francia.

Los 40.000 hinchas argentinos que hicieron suyas las gradas de San Petersburgo (superaron con creces la previsión de 25.000, que ya era muy buena) sueñan ahora con que el cuento de la Albiceleste en Rusia siga pasando páginas. En el aeropuerto, incluso con las gargantas rotas después de todo el partido animando, continuaban cantando los afortunados que pudieron tomar un vuelo de regreso. El resto se desplaza en trenes o coches de alquiler en un país en el que no es nada fácil viajar. “¡Rojo, sos grande!”, gritaban por al autor del tanto decisivo que puso a Argentina en octavos.

“Afuera las pelotas”, título Olé, situando en portada una foto de Rojo con Messi a sus lomos, una celebración contraria a la lógica. La mejoría de Messi también ha servido para disparar el optimismo. El crack argentino jugó mejor que en los dos anteriores partidos, especialmente el último ante Croacia. Corrió un kilómetro más de distancia y encontró en Banega al socio que le hacía falta. Los gritos de rabia tras su gol y después del pitido final estimularon a los hinchas, que por fin ven a un Messi enchufado.

Más críticos fueron con Sampaoli y con Maradona. El técnico fue el blanco de las críticas por un vídeo que se hizo viral en redes en el que claramente preguntaba a Messi si meter a Agüero o no en el campo. “¿Dónde está el entrenador?”, se preguntaban. Especialmente desagradable resultó lo de Maradona. La forma en la que salió del estadio por un “mareo”, supuestamente, le dejó en mal lugar para muchos, aunque para otros todo lo que Diego haga se le perdona. “Es Maradona. Punto”, comentaban algunos tras el partido y ante el aluvión de imágenes que les llegaban de su extraño comportamiento en el palco.

La victoria ante Nigeria también ha servido para unir más a un vestuario que lo ha pasado francamente mal. El vídeo de la celebración de los jugadores en el autobús rumbo al avión refleja su estado de ánimo. Han hecho lo más difícil, sobrevivir al fracaso, y ahora observan con otra perspectiva lo que les queda. Han caído en el lado duro del cuadro y todavía son octavos en las apuestas. No importa: los argentinos disfrutan entre euforia de la nueva oportunidad que les brinda el Mundial. A los 40.000 que hay en Rusia, a los más de 40 millones que son en Argentina y especialmente a uno de ellos: Leo Messi.