La selección argentina venció a Nigeria y se metió en los octavos de final de este Mundial de Rusia 2018, en donde se medirá a la Francia de Deschamps.
Hace unos meses, en Quito, cuando el equipo celeste y blanco parecía alejarse irremediablemente del Mundial de Rusia, Leo Messi certificó la clasificación del plantel que capitanea con un triplete ante la selección de Ecuador, en el último partido de las Eliminatorias Sudamericanas.
Como entonces, el atacante del Barcelona volvió a volcar el sueño de un país sobre sus espaldas. Ante Nigeria goleó tras un control magistral y una definición soberbia. Botó una falta contra la madera. Y asistió a Gonzalo Higuaín para un mano a mano que el delantero del Juventus desperdició.
Decisivo en todas las facetas, también ejerció de líder al tomar no solo el balón sobre el césped sino la palabra en el vestuario. Activarle con más asiduidad es el desafío de Sampaoli para el duelo de este sábado ante Francia.
Banega pone luz
La fe de Marcos Rojo
Jorge Sampaoli predijo en la rueda de prensa previa que el partido debía jugarse con el "corazón" y Marcos Rojo escuchó su instinto. "Sabía que la iba a meter", confesó el argentino.
El central del Manchester United fue el héroe inesperado de la Albiceleste, cuando a falta de cinco minutos se mascullaba su eliminación. Evitó el sonrojo al aparecer en la posición del '9' para rematar, de primeras y con su pierna mala -la derecha-, un centro medido de Gabriel Mercado desde el lateral.