SELECCIÓNEl rally de SampaoliEl camino trazado por el técnico Jorge Sampaoli para la selección argentina en Mundial se parece mucho al de un rally, con un recorrido complicado.TélamActualizado a 17 de junio de 2018 11:30 ARTGUSTAVO ORTIZDIARIO ASEl camino trazado por el técnico Jorge Sampaoli para la selección argentina en esta Copa del Mundo se parece mucho al de un rally, con plataforma de largada simbólica y después un recorrido auténtico, complicado, como esta primera etapa transitada el sábado con problemas de motor que lo dejaron rezagado en la clasificación parcial del Grupo D tras el inesperado empate ante Islandia.El motor de Argentina es Lionel Messi, de alta gama, pero frente a los islandeses falló como pocas veces, aunque está claro que eso siempre puede pasar. El problema es que el resto de sus componentes tampoco ayudaron. Es decir que el sistema no cumplió su cometido.Sampaoli diseñó su anunciado 2-3-3-2 para enfrentar a una Islandia cuyo fuerte es defenderse y contraatacar cuando se puede, y, si no, apostar a alguna pelota parada para resolver la situación ofensiva para la que no tiene otras variantes.La idea, bien explicada por el técnico, pasaba por perforar por los costados ese bloque granítico que Islandia ubica al borde de su propia área y que como pudo observarse en este encuentro, no tiene prácticamente fisuras.Para eso colocó a Eduardo Salvio como lateral derecho pese a que su puesto natural es el de delantero externo, a la vez que revivió la dupla Javier Mascherano-Lucas Biglia en la media cancha para encontrar equilibrio, y también recicló a Marcos Rojo como segundo marcador central especialmente por su condición de zurdo, aunque venía de un parate de 10 meses por lesión.Y después, claro, si todo esto no funcionaba, estaba el plan de siempre, ese que los entrenadores no se atreven a confesar pero que saben que es parte fundamental del todo: que lo resuelva Messi.Que todo ese armado no funcionó, quedó claro a lo largo de 90 tediosos minutos en los que Argentina tuvo siempre la pelota pero no pudo utilizarla nunca dentro del área rival, ya que hasta el gol de Sergio Aguero llegó por obra de la fortuna, puesto que el "Kun" atrapó allí un balón disparado por Rojo que se iba a cualquier parte y lo transformó en oro.Pero con lo que no contaba el técnico es que el encubierto plan A tampoco iba a dar resultado, dejando al equipo encallado en el arenal islandés que nunca lo dejó avanzar después de los últimos 30 metros de la cancha.Claro que en el camino hubo también muchas averías de distintas piezas, en la mayoría de los casos, por no decir en todos, desgastadas por el uso.De atrás hacia delante, Rojo nunca encontró sincronía con Nicolás Otamendi como segundo zaguero central, y tampoco supo llegar a tiempo a los cierres que debía realizar a espaldas de Nicolás Tagliafico. Además, cuando tuvo la pelota en los pies demostró que tampoco está para el primer pase.En el medio, Lucas Biglia mostró su peor versión, sin "timming", realizó tres entregas consecutivas a los rivales en "zona de fuego", con su defensa saliendo. La primera vez se ganó el murmullo de la multitud argentina que colmó el estadio de Spartak Moscú, la segunda levantó una reprobación más airada, y la tercera fue la vencida: desde allí llegó el empate de Islandia.Las falencias de Biglia, que obligaron a su reemplazo por el siempre tibio Éver Banega antes de los 10 minutos del segundo tiempo, hicieron crecer la figura de Mascherano, que sin "romperla" como en los viejos tiempos, mostró oficio para los relevos, colocándose como último hombre cuando el equipo atacaba, resolviendo bien el primer pase y dándole prolijidad a la circulación cuando los islandeses se animaban a presionar hasta no más allá de la mitad de la cancha.Y adelante Ángel Di María, siempre rueda de auxilio de todos por su ida y vuelta constante en el carril de la izquierda, estaba "pinchado", y se quedó sin aire ya en el primer partido del Mundial, algo que suele ocurrirle en las grandes competencias, pero ya cuando el equipo dejó atrás varios tramos del recorrido.Por lo demás, y fue preocupante, el resto acompañó como pudo, algunos con un poco más de efectividad que otros, tal el caso de Maximiliano Meza, que fue el único jugador presente en el debut que actúa en el fútbol argentino, lo que hace replantear esa controversia respecto de "los de allá y los de acá". El volante de Independiente también se había destacado en el 1-6 frente a España.La segunda etapa marca Croacia, con una geografía futbolística mucho menos escarpada que la islandesa, pero más hostil en el juego en sí, porque los albirrojos que a última hora del sábado vencieron 2-0 a Nigeria están primeros en la clasificación general y le disputarán a Argentina la posesión de la pelota permanentemente. Si se la ganan, lo peligrosos es que los dirigidos por Sampaoli se quedarán sin nada. Esperando solamente que vuelva a encenderse Messi.El rally recién comenzó, pero Argentina se generó más obligaciones de las pensadas para progresar en la clasificación a octavos de final. Otro empate, y ni que hablar de una derrota, puede complicarle demasiado la carrera antes de tiempo. En la práctica de esta mañana en Bronnitsy el técnico nunca pudo poner en marcha un carrito de golf que lo trasladara de regreso a la concentración desde el campo de juego. Es de esperar que cuando haga lo mismo el jueves, la "Ferrari" argentina arranqueEtiquetado en:Mundial 2018Jorge SampaoliÁngel Di MaríaSelección argentina fútbolKun AgüeroLionel MessiMundial fútbolSelecciones deportivasCopa del MundoCampeonato mundialFútbolCompeticionesDeportes