Sampaoli y un estreno que cuestiona sus decisiones

Era el partido de Jorge Sampaoli, los 90 minutos en los que debía demostrar que los errores cometidos en su corto pasado con la selección le habían dejado un aprendizaje, pero acabó en decepción, y no solo por el empate final.

Argentina arrancó el Mundial con el pie cambiado, un 1-1 ante el rival técnicamente menos dotado del grupo y Lionel Messi fallando el penal que pudo haberle dado el triunfo. Pero sobre todo, exponiendo muchas de las dudas que planteó durante la fase previa y sin demostrar en la cancha ningún aspecto que permita ver “la mano” del técnico.

Repitió el entrenador la fórmula de unir a Mascherano y Biglia en el eje de la cancha, aquella que estrenó Sabella en Brasil y tantas veces utilizaron Martino y Bauza en etapas posteriores. Y una vez más pudo comprobarse que en partidos en los que el equipo debe llevar el peso atacante, es una combinación que no sirve ni alcanza.

Pese a que los movimientos del jugador del Milan puedan impresionar de manera diferente, son volantes de un corte parecido. Lentos en la transición, tímidos para progresar en la cancha y pisar el área de enfrente, muy poco resolutivos cuando lo hacen. Y frente a un conjunto que, tal como se preveía, acumuló con orden y disciplina a todos sus jugadores por detrás de la línea de la pelota, se superponen y su aporte para desacomodar la defensa resulta limitado. Sampaoli demoró una hora en corregir lo evidente, y el ingreso de Banega, sin hacer grandes cosas, al menos sirvió para encontrar mejores pases por adentro y añadirle una preocupación a los islandeses.

Pero la elección del doble 5 no fue el único punto donde se pueden discutir las decisiones del entrenador. La inclusión de Salvio en el lateral derecho tampoco tuvo los resultados esperados. Porque al margen de algunas subidas puntuales, su sector fue una vía de acceso habitual para los contraataques de los nórdicos, denotando en la marca la flojedad que lógicamente tiene por desconocer el oficio.

La otra apuesta fuerte de Sampaoli estuvo en el arco. Willy Caballero fue el elegido, por encima del voto popular que pedía a Franco Armani. Y el ex Boca no brindó seguridad. Dio rebotes peligrosos y se equivocó en el origen de la jugada del empate.

En la conferencia de prensa posterior al partido, el técnico de Casilda ya dejó entrever que habrá cambios para el choque ante los croatas. El más valioso sería que el equipo empezara a mostrar el funcionamiento prometido.