SELECCIÓN
Lanzini, el último en la carrera de obstáculos de la Selección
El jugador del West Ham United había logrado sumar todos los puntos necesarios para ocupar un puesto en la línea adelantada del mediocampo.
La selección argentina no conoce la tranquilidad y parece no haber día en el que no sume un obstáculo en su preparación para el Mundial de Rusia. El de hoy tiene una gravedad particular. La rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha de Manuel Lanzini durante el entrenamiento matinal en la Ciudad Deportiva del Barcelona no solo afecta al plantel tal como lo haría cualquier lesión de un compañero sino que hace mella en la función a la cual el cuerpo técnico de Jorge Sampaoli ha dedicado más tiempo: la de encontrar los socios ideales para Lionel Messi.
El jugador del West Ham United había logrado sumar todos los puntos necesarios para ocupar un puesto en la línea adelantada del mediocampo porque a sus características individuales (habilidad, panorama, buena llegada, gol) se añadió su rápido entendimiento con el 10, dentro y fuera de la cancha. La cercanía futbolística y afectiva del capitán y el pibe surgido de las inferiores de River era palpable en cada práctica, en cada ejercicio, y si alguien tenía un lugar asegurado entre los once de arranque el sábado 16 ante Islandia era Lanzini.
Pero su rodilla volvió a decirle que no (ya lo había dejado afuera de los Juegos Olímpicos de Río hace dos años) y ahora para Sampaoli y los suyos se abrieron dos urgencias: encontrarle un sustituto en el equipo y otro en el plantela penas ocho días antes del debut.
La primera tiene, en principio, dos variantes: Maximiliano Meza y Cristian Pavón. El 8 de Independiente va en apariencia un paso por delante, porque su versatilidad le permite acomodarse mejor a diferentes posiciones y porque su rendimiento en los entrenamientos satisface mucho al cuerpo técnico. De hecho, la idea era probarlo como doble 5 adelantado en el frustrado amistoso ante Israel.
Para ocupar la plaza que quedó vacante las opciones son mucho más amplias. Sampaoli tiene hasta 24 horas antes del debut para decidir a quién llamar, y no tiene que ser alguien que ocupe la misma posición de Lanzini y ni siquiera alguno de los que están en la lista de 35 jugadores elevada a la FIFA. Tiene total libertad para elegir, aunque la lógica invita a mirar primero a quienes fueron descartados de esa primera selección.
Si en principio Lanzini iba a moverse por afuera en la línea armada por detrás del 9, hay solo dos nombres posibles: Ricardo Centurión y Diego Perotti. Pero el delantero de Racing acaba de ser operado de apendicitis y eso lo descarta. El hombre de la Roma pasa a ser entonces el candidato número 1. Si no, habría que ampliar la mirada y pensar en los Correa -Ángel, el del Atlético de Madrid; o Joaquín, el del Sevilla- o en Eric Lamela.
Pero, ¿y si en estas semanas de entrenamiento Sampaoli hubiese detectado alguna falencia en otra zona del campo. Por ejemplo, la del volante central, que desde el primer momento pareció la más vulnerable? En tal caso, habría que apuntarle a Guido Pizarro, Leandro Paredes, Rodrigo Battaglia o Enzo Pérez, que están entre los 35; e incluso abrir el juego a Matías Kranevitter o Fernando Gago, quien está actualmente en Barcelona prosiguiendo con su recuperación junto al doctor Cugat, el mismo que operó a Sergio Agüero.
El dato del lugar y el estado en el que se encuentren los posibles reemplazantes no debe soslayarse. La mayoría de los jugadores están de vacaciones en estos días, muchos de ellos en una playa con sus familias. Y aunque pueda suponerse que cualquiera haría las valijas con gusto para sumarse al equipo habrá que tener en cuenta también estos factores para determinar quién es el elegido.
Por una u otra causa, la selección no puede vivir un solo día de calma. El obstáculo de hoy se llama Manuel Lanzini. Es el turno de Sampaoli para ponerle nombre a la solución