BOCA JUNIORS
El futuro de Boca, en 90'
Boca tiene una semana para preparar el partido ante Alianza, en el que necesita ganar y esperar que lo haga Palmeiras. Tras la alegría de la Superliga, toca pensar en la Copa.
Una vez abrochado el título de la Superliga, todas las miradas de Boca apuntan al miércoles 16. Será una mirada divergente. Esa noche, el bicampeón del fútbol argentino recibirá a Alianza Lima en La Bombonera y, a la misma hora, Palmeiras y Junior de Barranquilla disputarán el otro partido de la última jornada del Grupo 8 de la Libertadores.
Con los peruanos fuera de todo combate y descontando un triunfo auriazul, la clave será hacer toda la fuerza que haga falta para que los brasileños -que no se juegan nada- impidan un triunfo colombiano en San Pablo y, de esa manera,permitan el pase de los xeneizes a octavos de final.
La continuidad o no en la Copa marcará el futuro de Boca en el segundo semestre del año. Un triunfo de Junior en el Allianz Parque "descenderia" a los de Barros Schelotto a la Sudamericana, donde se convertiría automáticamente en candidato, pero que significaría una decepción para los hinchas y obligaría a un replanteo a las autoridades del club.
Obsesionado por alcanzar a Independiente como máximo ganador del principal trofeo continental y llegar a disputar el Mundial de Clubes, todavía sin cicatrizar del todo la dolorosa derrota ante Independiente del Valle hace dos años, el Mundo Boca asumiría un triunfo en la Sudamericana como un "mal menor", más allá del nuevo halago internacional. Pero no es ese el objetivo, y el escenario de una eliminación abriría la ventana a algunos cambios.
La obtención de la Superliga y la capacidad para superar, con más omenos complicaciones, los obstáculos de las lesiones de los principales referentes -Gago y Benedetto- blindan hoy por hoy la permanencia de los Mellizos al frente de la nave. Aunque una caída prematura en la Copa dejaría un margen de duda a más largo plazo.
En un tiempo más cercano, los cambios afectarían al plantel. Cristian Pavón se convirtió esta temporada en el principal activo de la institución. Su cotización aumenta casi cada semana y puede hacerlo aún más con una actuación convincente en el Mundial. Con o sin ella, habrá ofertas millonarias desde Europa para llevarse al cordobés en el próximo mercado de fichajes. La idea es retenerlo hasta fin de año, porque se lo considera un factor clave para aspirar a la Libertadores. Con la Sudamericana en juego, esas mismas ofertas se verían con otros ojos.
En la otra punta de la cancha también habría variantes. El puesto de arquero fue el más discutido del semestre en Boca. Los altibajos de Agustín Rossi -y la evidente falta de confianza que los técnicos depositan en Guillermo Sara- originaron rumores de todo tipo en los últimos meses. Barros Schelotto le reiteró una y otra vez su apoyo absoluto, pero si la meta del semestre es la más grande de las Copas, alguno de esos rumores se hará realidad y el equipo tendrá un nuevo número 1. Si no es así, quizás el tema pueda retrasarse hasta diciembre.
La contratación de un central que le añada una buena relación con la pelota a la seguridad defensiva es el tercer tema en cuestión. La ausencia de Gago desnudó el déficit en la salida del equipo desde atrás y la idea es encontrar una alternativa válida en ese sentido. Guillermo mantiene su interés en el paraguayo Gustavo Gómez, pero seguramente habrá más candidatos para ocupar ese vacío, siempre y cuando Junior no gane la semana que viene en San Pablo.
El miércoles pondrá sobre la mesa el porvenir de Boca a corto y medio plazo. Lo hará jugando en dos canchas a la vez y apelando a todas las energías que hagan falta -futbolísticas, mEntales, espirituales...- para colarse en los octavos de final de la Copa a última hora y gracias a un tercero, tal como ocurrió hace unos años con San Lorenzo y River. En aquellas ocasiones, Cuervos y Gallinas acabaron levantando el título. También en ese pensamiento mágico están puestas las esperanzas y las ilusiones de este Boca bicampeón
