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SELECCIÓN

La reivindicación de Argentina femenina se hace viral

Mientras Brasil le abrió de par en par la puerta del fútbol, en la Argentina permanece en un estado de semiclandestinidad semejante al de los años 70.

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La reivindicación de Argentina femenina se hace viral

La selección argentina de fútbol femenino derrotó ayer a la de Colombia 3-1 y se clasificó para disputar la final de la Copa América el próximo jueves ante Brasil. Hasta acá, la noticia no tendría mayor trascendencia: en definitiva, se trata de las dos grandes potencias futbolísticas del continente. Pero eso es solo en apariencia.

La realidad indica todo lo contrario. Así como a nivel masculino la paridad suele reinar en todas las confrontaciones y el historial de partidos se mantiene más o menos igualado a través del tiempo, en el ámbito de las mujeres los contrastes son gigantescos.

Mientras Brasil le abrió de par en par la puerta del fútbol a las chicas incluso desde antes que la FIFA comenzara a apostar por su desarrollo, en la Argentina permanece en un estado de semiclandestinidad semejante al de los años 70, cuando a algún canal de televisión se le ocurrió la idea de emitir partidos femeninos los domingos por la mañana casi como si se tratara de un espectáculo circense.

Es verdad que existe un torneo anual organizado por la AFA -esta temporada participan 14 equipos en Primera y 18 en la B, 11 de ellos incorporados por primera vez a la disciplina-, pero el día a día de las futbolistas dista años luz de quienes serán sus rivales en la final del jueves. La mayoría de las jugadoras brasileñas son profesionales, con amplísima experiencia internacional en Copas del Mundo y Juegos Olímpicos, y en algún caso como Marta, una auténtica estrella publicitaria en su país.

En un artículo firmado por Federico Lamas en Diario Popular se relatan las infinitas peripecias padecidas por las componentes de nuestra selección en su intento por prepararse para este torneo sin contar con ninguna clase de apoyo. Demoras en los pagos de unos viáticos de miseria, noches enteras en micros para ir y volver a jugar un amistoso a Montevideo, 18 meses de espera para que les designaran un cuerpo técnico que las dirija y un ninguneo permanente al que ya están acostumbradas forman la agenda cotidiana de las chicas.

Las últimas negaciones fueron la utilización de modelos en lugar de jugadoras en el acto de presentación de la nueva camiseta de la selección -una verdadera humillación- y la absoluta ausencia de las pantallas: nadie difundió sus partidos en territorio chileno, sede de la Copa.

"Nosotros hasta hace muy poco tiempo vivimos algo similar", comenta Mauro Taffarel, jugador de futsal de Boca, "fueron los resultados y sobre todo el campeonato del mundo ganado hace dos años el que logró que empezáramos a tener algo de visibilidad". El futsal, también regido por AFA, tampoco recibió apoyos para su crecimiento hasta que Argentina levantó sorpresivamente la Copa en 2016. Desde entonces, los medios comenzaron a informar sobre la marcha de liga local. La masculina, claro; la femenina que se disputa en forma paralela y cada año más importante pasa totalmente inadvertida.

"Deseo ser el presidente de la igualdad de género en el fútbol argentino", dijo Claudio Chiqui Tapia, titular de la AFA, en la inauguración de la temporada 2017-18. Como discurso es saludable, pero por ahora todo hace pensar que se quedó apenas en buenas palabras. Tal vez si las chicas dan el batacazo el jueves y le ganan la final a Brasil...