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Messi: dos meses para olvidar el disgusto de la eliminación

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Barcelona y Manchester City se cayeron de la Champions League en cuartos de final y el primer gesto surgido desde la mirada argentina fue de alivio. Con el pensamiento puesto casi exclusivamente en el Mundial, la ecuación es simple: Messi, Agüero y Otamendi se ahorrarán así el desgaste de dos semifinales y una eventual final, y podrán incorporarse antes a la concentración de la selección que conduce Jorge Sampaoli.

Desde ese punto de vista, el argumento resulta indiscutible. Pero cabe la otra interpretación, más íntima, más relacionada con el efecto que en cualquier deportista provocan la victoria y la derrota. Cuentan desde las bambalinas del combinado albiceleste que el 10 del Barça quería jugar sí o sí los amistosos contra Italia y España en los que finalmente no participó, y que fue el médico quien le recomendó no hacerlo porque el riesgo de rotura muscular era muy alto. No lo cuentan, pero ya se sabe, que tanto Leo como sus compañeros son de esa especie de futbolistas que quieren ganar siempre, incapaces de pensar en perder una competencia para concentrarse en otra.

El técnico habló anoche mismo con su capitán y sabe del tremendo disgusto que le provocó la sorpresiva eliminación ante la Roma. Lo mismo puede decirse del Kun Agüero, golpeado además por no haber podido consagrarse campeón de la Premier el domingo pasado en el clásico frente al Manchester United. Por algo, en la noche del 1-6 ante España, y más allá del carácter amistoso del partido y que presuponían que perder era posible, la mayoría de ellos no pudo dormir. Entonces cabe preguntarse qué hubieran preferido: ¿llegar al Mundial con un poco más de descanso o después de levantar la Copa de Europa?

Sampaoli asegura que estaba preparado para administrar a sus jugadores en cualquiera de las circunstancias, aunque existiera la posibilidad de tener que trabajar en la urgencia. Y elige ver el vaso medio lleno. En definitiva, todavía faltan casi dos meses para comenzar la preparación final de cara a Rusia, y para entonces la decepción de ayer ya estará superada, tanto uno como los otros habrán celebrado la obtención de sus respectivos campeonatos de Liga y cambiarán el chip para ponerse a pensar en el Mundial. Los jugadores de élite están acostumbrados a procesar estos vaivenes del destino.

Pero además se apoyan en una certeza: el buen trabajo realizado durante los diez días de entrenamientos en Manchester y Madrid. Es cierto, apenas algo de eso pudo plasmarse en los 180 minutos de juego frente a Italia y España pero la sensación general fue la da haberle encontrado una punta al ovillo, y que de ella se puede ir tirando para alcanzar el tan anhelado funcionamiento.

El equipo aparecerá durante la Copa, no estará definido antes”, dijo César Luis Menotti el lunes en la presentación de su Escuela de Entrenadores. Por su lado, Messi no duda de que hay mucho margen de mejora y que se hará un buen Mundial.

Con menos competición y menos estrés acumulado, los que van quedando fuera del máximo trofeo de Europa de manera prematura podrán colaborar en el intento con algo menos de carga de trabajo en sus músculos y en su mente. Aunque hoy les duela verse obligados a mirar por televisión la definición de la Champions.