Las filtraciones que han enfadado a Jorge Sampaoli

Nadie parece dispuesto a sumar en el entorno de la selección argentina, ni siquiera quienes deberían ser los principales interesados en que el equipo que capitanea Lionel Messi llegue lo más lejos posible en el próximo Mundial.

Además de los problemas deportivos que quedaron evidenciados en el partido ante España, las piedras en el camino se van acumulando de manera progresiva. A la política de comunicación excesivamente abierta del técnico Jorge Sampaoli, quien tiende a hablar con demasiada gente sobre las decisiones que piensa tomar, se agregaron ahora las filtraciones que desde las altas esferas de la AFA algunos dirigentes comenzaron a realizar a través de periodistas amigos.

A medio camino entre el rumor y la información, de pronto comenzaron a llegar a oídos de los diferentes medios sentencias tales como que ni Mascherano, ni Dybala ni Funes Mori estarán en la lista definitiva de Rusia 2018; que había directivos que hubiesen preferido como entrenador a Mauricio Pochettino antes que a Sampaoli; o que Lautaro Martínez no está en condiciones de ser convocado por tener una lesión que exigirá operarlo antes de la cita de junio.

Fue justamente esta última “noticia” la que levantó más polvareda en las últimas horas. Racing descartó de manera tajante que su joven delantero, quien está a punto de cerrar su traspaso al Inter de Milán, padezca ningún tipo de pubalgia o afección parecida. De hecho, a la vuelta de la gira europea participó sin mayores problemas en los partidos jugados ante Belgrano de Córdoba y Universidad de Chile.

La duda a estas alturas es saber qué persiguen estos secretos a media voz que surgen desde la casa matriz del fútbol nacional. ¿Quieren quedar bien con el periodismo antes del Mundial? ¿La idea es abrir el paraguas por si no llega cumplirse el vaticinio del presidente Claudio Chiqui Tapia de que Argentina va a ser campeón del mundo? ¿O será un simple afán de protagonismo?

Algo confuso en sí mismo, el mensaje de Sampaoli lo que menos necesita es verse salpicado de opiniones de los principales directivos en relación a quiénes deben estar y quiénes no en la lista definitiva. En una etapa en la que la selección precisa calmar las aguas para que el técnico pueda decidir con serenidad la nómina de 23 elegidos, cualquier debate promovido desde dentro resulta dañino y provoca un ruido innecesario.

Cuestionado en todo el país y con la autoestima en baja después del 1-6 ante España, al plantel de la selección le vendría muy bien recibir una inyección de confianza por parte de la dirigencia antes que rumores que aumenten la inquietud.

No parece que el actual sea el mejor momento para mantener charlas “informales” con los periodistas para soltar afirmaciones de las que nadie sabe con exactitud su grado de certeza. Hablar hoy no suma, no colabora con el éxito que tanto se pregona. Mantener la boca cerrada cuando hace falta también es un aprendizaje que debe hacer todo aquel que pretenda ser líder.