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SELECCIÓN

Pavón acelera rumbo a Rusia

El de Boca Juniors golpea con más fuerza que nunca la puerta de entrada a la lista de 23 hombres que Argentina presentará en Rusia 2018.

Pavón acelera rumbo a Rusia
GUSTAVO ORTIZDIARIO AS

Un desborde extraordinario, con tres rivales en el camino, llegada a la línea de fondo y un perfecto centro atrás el domingo pasado en un duelo clave contra Talleres para empezar a sentenciar la Superliga; un enganche hacia adentro seguido de un derechazo bajo y cruzado desde el vértice del área para el 1-0 final contra Junior de Barranquilla por la Copa Libertadores anoche. En apenas 96 horas y con un par de actuaciones sobresalientes, Cristian Pavón golpea con más fuerza que nunca la puerta de entrada a la lista de 23 hombres que Argentina presentará en Rusia 2018.

Con el título del torneo local en el bolsillo, el trofeo continental desvela a todo el planeta Boca, y mientras Carlos Tevez se recupera de un misterioso desgarro y Edwin Cardona vuelve de a poco después de una lesión muscular, el pibe de 22 años se puso al hombro la responsabilidad de llevar el peso ofensivo del equipo y demostró que la mochila no le resulta nada pesada.

Nacido en un pueblo de Córdoba y con pasado en Talleres y Colón de Santa Fe, Pavón debió aprobar todas las materias necesarias para ganarse el corazón de la hinchada xeneize. No le fue sencillo. Su velocidad punta se hizo evidente desde el primer día, igual que su habilidad, pero en el fútbol la velocidad solo adquiere real valor cuando se le pone freno, y durante bastante tiempo el eléctrico puntero derecho no encontraba el punto de pausa indispensable para elegir la opción ideal en cada jugada. Cuatro de cada cinco las terminaba mal y los errores continuados exasperaban al público de La Bombonera, que convirtió en costumbre los silbidos e insultos “dedicados” a su número 7. Pero esto ocurrió hasta hace un año.

La confianza que contra viento y marea le brindó su técnico, Guillermo Barros Schelotto, fue clave y Pavón comenzó a evolucionar: aprendió a seleccionar con más criterio los momentos para entrar en juego, le dio sentido táctico a sus movimientos defensivos cuando el equipo no tiene la pelota y, sobre todo, mejoró notablemente la manera de resolver las acciones.

Jorge Sampaoli no tardó mucho en ponerlo en su punto de mira. La banda derecha de la selección argentina no tiene un ocupante fijo (Eduardo Salvio, Emiliano Rigoni y Lautaro Acosta no pasaron los exámenes) y el hombre de Boca venía pidiendo pista. Tuvo su oportunidad el 11 de noviembre pasado en Moscú: entró en el minuto 79 y le dio tiempo a meter un par de piques amenazantes y asistir al Kun Agüero para el gol de la victoria. Pero mejor aún, para encontrarse un par de veces con Lionel Messi en una promesa de diálogo futbolístico que el propio 10 no pasó por alto. “En el sistema de juego que quiere el técnico Pavón puede ser muy importante por las características que tiene. No solo es rapidísimo sino que decide bien”, dijo el capitán, y no hay mejor aval posible.

Si faltaba algo para fortalecer la candidatura del 7 boquense se dio en estos dos últimos partidos, porque todo lo bueno que hizo lo hizo por izquierda, un puesto en el que se movió en sus inicios pero apenas había frecuentado desde entonces. A pierna cambiada fabricó el gol para Walter Bou el domingo, marcó el suyo ante los colombianos y generó varias llegadas con peligro, lo cual abre todavía más sus posibilidades de selección. No hay que olvidar que Ángel Di María, titular indiscutido por ese lado, es un jugador perseguido por las lesiones en los grandes eventos, y precisa tener un reemplazo de garantía.

Tras demostrar la personalidad suficiente como para cambiar silbidos por ovaciones en Boca y todavía mucho margen de mejora en lo individual y lo colectivo -podría decirse de él que es una especie de Dembelé cordobés-, Cristian Pavón tiene todo a favor para ganarse el visado que lo deposite en Rusia.

Hasta ahora no le fue del todo bien con la camiseta argentina, ni en el Mundial Sub20 de Nueva Zelanda ni en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (en ambos casos, Argentina fue eliminada en primera fase). En Rusia 2018 puede tener su revancha. Y de paso, consolidar un futuro que parece cantado: con su pasaporte italiano en la mano y a puro desborde, velocidad y gol, Europa lo espera más temprano que tarde.