Schwartzman, campeón en Río
El argentino se impuso a Fernando Verdasco en la final del torneo brasileño por 6-2 y 6-3 y se coronó en el abierto de Río de Janeiro en una hora y 23 minutos.
Hubiera sido una machada. Jugar tres partidos al máximo nivel en menos de 24 horas y ganar dos títulos en el mismo torneo. Eso es lo que intentó Fernando Verdasco en el Río Open, pero no lo consiguió. Cedió abatido por el molesto juego de Diego Schwartzman y por el cansancio, sobre todo por eso: 6-2 y 6-3 en una hora y 23 minutos. Llegaba a la final contra el argentino con seis encuentros de dobles a cuestas —inicio en la ronda previa y final con trofeo junto a David Marrero tras remontada épica ante Mektic y Peya—, y cuatro de individuales. Al filo de la medianoche española (siete de la tarde en Brasil), había cerrado su triunfo en semifinales contra Fabio Fognini, poco antes de ese duelo por parejas, que terminó sobre nuestras 03:00. Poco más de 15 horas después tenía que afrontar otra batalla. Mucha tela. Pero bravo por el coraje y la intención. En el camino había dejado atrás a Dominic Thiem, conviene recordarlo.
Ante Schwartzman se vio enseguida que Verdasco pretendía acortar los puntos para no entrar en largos peloteos con lo que sufriría y a los que no podría hacer frente con una intensidad continua y creciente. Al principio le funcionó: break nada más empezar. Luego perdió su saque y el partido se ordenó y luego se volcó a favor del bonaerense. El segundo set fue más competido. Tras tener varias opciones de rotura y no aprovecharlas, el madrileño volvió a entregar su servicio y no pudo robar el de su rival.
Así fue como Schwartzman levantó su segundo título de manos del legendario exnúmero uno brasileño Guga Kuerten, que da nombre a la pista en la que se disputó la final. Fue el primero en un ATP 500. "No debe ser fácil que gane un argentino aquí", bromeó Diego a cuenta de la milenaria rivalidad entre ambos países.
Verdasco buscaba su séptimo trofeo y se quedó con la decimosexta final perdida. El doblete frustrado hubiera sido el primero desde que hace un año lo consiguiera Alexander Zverev en Montpellier. Fernando se lamentó tras subir al estrado con muchas dificultades por el agotamiento físico: "Si no hubiera sido por él (Schwartzman) y por este día, la semana hubiera sido perfecta después del título de dobles". Pues sí, gran semana de tenis sin doblete pero con recompensa doble: campeonato por parejas y subida al top-30 (27).