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Patriots 33 - Eagles 41

Los Eagles le roban la cartera y la Super Bowl a Tom Brady

En en la serie decisiva, a falta de dos minutos, le quitaron el balón al quarterback que no pudo culminar una de sus remontadas en un duelo de ida y vuelta.

Feb 4, 2018; Minneapolis, MN, USA; The Philadelphia Eagles celebrate after defeating the New England Patriots in Super Bowl LII at U.S. Bank Stadium. Mandatory Credit: Charles LeClaire-USA TODAY Sports
Feb 4, 2018; Minneapolis, MN, USA; The Philadelphia Eagles celebrate after defeating the New England Patriots in Super Bowl LII at U.S. Bank Stadium. Mandatory Credit: Charles LeClaire-USA TODAY SportsCharles LeClaireUSA TODAY Sports

La cabra no se echó al monte y Brady se quedó sin su sexto anillo. El quarterback terminó encerrado en el corral, sin poder pastar a gusto en el prado en el que ha reinado tantos y tantos años mientras veía en el suelo la sombra de un águila que dominaba el cielo. ¡¡¡La dinastía ha caído!!! Los Patriots fueron casi siempre por detrás y nunca terminaron de cogerle el pulso a un duelo en el que sus rivales buscaron siempre los límites, la frontera entre la vida y la muerte, y caminaron mucho mejor sobre el filo de la navaja. Los Eagles, valientes en cada segundo, se mimetizaron mejor en el terreno y consiguieron la primera Super Bowl de la historia. Fly Eagles Fly!

El partido fue desde el primer momento una sucesión de grandes jugadas y tremendos errores. De esas que ponen al público en pie pero sacan los colores a las defensas. Y eso sucedía ambos lados del balón. Eagles y Patriots intentaban ser muy disciplinados en defensa, y a veces lo conseguían, maniatando a sus rivales en la esencia de su plan de juego, pero en cuanto se despistaban, o alguien fallaba un placaje, eran quemados a lo grande.

Defensas quemadas en la parrilla

Así que, al final, tanta disciplina y tanto estudio sesudo de los rivales se quedó en nada cuando Blount conseguía una carrera de 36 yardas con acumulación de placajes fallados, cuando Jeffery atrapaba una bomba de 34 yardas para touchdown, cuando Hogan cogía un pase de 28, Amendola uno de 50, Burkhead otro de 46, White corría 26 yardas para touchdown con todos los defensas que le salían al paso fallando placajes… Las secundarias eran desnudadas cada pocos minutos y el partido transcurría sin guion en una primera parte que Philadelphia terminó con 215 yardas de pase y 107 de carrera y los Patriots con 276 de pase y 74 de carrera. Unos números que ya parecen buenos hasta para un partido completo.

Tras el 3-3 inicial empezó el desmadre con dos touchdowns de Philadelphia con los que New England empezó a hacer la goma. 3-15 en el marcador y Foles confirmando que lo de los dos últimos partidos no era un espejismo, que sabía moverse a gusto en terceros down y largo y que no necesitaba de ninguna ‘option’ para conducir un ataque con éxito. Además, entre un touchdown y otro los Patriots sufrían un golpe letal con la lesión de Cooks, conmocionado tras un golpe temible casco contra casco de Jenkins que no fue penalizado. Brady se quedaba sin su mejor receptor profundo mientras era incapaz de conectar con Gronkowski, casi siempre rodeado de una nube de defensas. El festival entre quarterback y Tight end no comenzaría hasta la segunda mitad, pero se quedó corto. Para colmo de males, Gostkowski tenía el día tonto, y la pierna chula. Fallaba un field goal por error del long snaper y un extra point, aunque en el otro lado Elliot también se dejaba un punto extra y Peterson se jugaba sin éxito una conversión de dos algo precipitada.

En medio del caos, Foles lanzaba una intercepción que devolvía la vida a New England cuando empezaban a encenderse todas sus líneas rojas y se pasaba de un posible 6-22 a un 12-15 en la siguiente serie. Quedaban dos minutos para el descanso, pero Foles tuvo tiempo de enmendar su anterior error para llevar a su equipo hasta la yarda uno de New England. Peterson se jugó el todo por el todo en cuarto down para que Burton lanzara un pase de touchdown a Foles. Los Eagles, ambiciosos, se iban a descansar 12-22 y dando la sensación de que estaban mucho más cómodos en el partido que sus rivales.

Tras el descanso, desmadre

A la vuelta del vestuario el partido ya era de ida y vuelta. Ahí no defendía nadie y el touchdown rapidísimo de Gronkowski (19-22) fue respondido de inmediato con otro de Clement (19-29) que hizo daño a New England no solo por la anotación, sino porque Chung se iba a la banda y dejaba a su secudaria huérfana durante algunos minutos. Y no estaba la secundaria de New England como para además encontrarse con ese problema en un partido en el que no vimos a Malcolm Butler, castigado por Belichick sin jugar.

El desmadre no se paró ahí. Brady conectó poco después con Hogan y volvió a reducir diferencias (26-29). Nos pasamos dos semanas hablando de defensas, pero las defensas decidieron ver el partido desde un bar. Bueno, miento, la de New England apareció durante unos segunditos para conseguir que los Eagles solo anotaran un field goal (26-32). Y aunque no lo parezca, en el duelo de pistoleros que se había convertido la noche, anotar solo tres puntos era muy peligroso como demostró poco después Tom Brady conectando con Gronkowski para que el tigth end anotara su segundo touchdown y los Patriots se adelantaran por primera vez (33-32). Era solo un puntito, el que había regalado Pederson con el intento de conversión de dos puntos en la primera mitad, pero que pasaba a tener un valor incalculable. Quedaban nueve minutos y en la ruleta rusa que se había convertido el partido empezaban a escasear los agujeros sin bala.

New England muere en su terreno favorito

Los Eaglers empezaban el drive del ser o no ser con nueve minutos y medio en el reloj y no les temblaban las piernas. Eran parados en tercer down en su yarda 45 y se la tenían que jugar en cuarta y uno. Era el único camino y el momento clave del partido. Y les salía. En una noche de valientes los de Philadelphia llegaron a los últimos cinco minutos tirando la casa por la ventana. Les valía con anotar un field goal y que Brady no tuviera tiempo para una serie final. No fueron capaces de alargar tanto el chicle. Se comieron casi siete minutos, anotaron un touchdown con un pase de Foles a Ertz pero fallaron otra vez la conversión de dos puntos.

33-38 en el marcador, 2:21 para el final y balón en manos de Tom Brady. Llevamos viendo 17 años cómo el quarterback de New England gana partidos en esa situación sin despeinarse. Pero esta vez no. Tras una conexión con Gronkowski, en segunda y dos, Brandon Graham le cazó por primera vez en el partido. Primer sack y ¡¡FUMBLE!! Los Ealges recuperaban el balón a distancia de field goal. Y ganaban el encuentro (33-41). New England había sido derrotado en el terreno que mejor domina. Un duelo de ida y vuelta convertido en el partido más anotador de la historia de los playoffs. 374 yardas aéreas de Eagles, 164 de carrera. 505 yardas de pase de Patriots, 113 de carrera. 1152 yardas totales, una barbaridad ofensiva en una noche de locura.

Los Philadelphia Eagles han destronado a la dinastía. No os frotéis los ojos. Es verdad de la buena. Casi nada.