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REAL MADRID-BARCELONA

El once histórico del Madrid en los Clásicos para Tomás Roncero

Con motivo del Clásico del próximo sábado, Tomás Roncero elige sus mejores jugadores madridistas de la historia de estos duelos: Casillas, Juanito, Raúl...

Actualizado a
El once histórico del Madrid en los Clásicos para Tomás Roncero
Felix OrdonezReuters

CASILLAS. Un Clásico en los Clásicos. Recuerdo las dos paradas memorables que le hizo a Messi (a bocajarro) y a Mathieu en el 3-1 del Bernabéu de hace tres temporadas. También una mano imposible que le sacó a Xavi en un Clásico del Camp Nou. Y tantas y tantas paradas prodigiosas…

HIERRO. Liderazgo, autoridad, dominio del juego aéreo. El Káiser durante los Clásicos de más de una década en los que su presencia resultaba fundamental. Contagiaba su espíritu ganador a toda la tropa. Hierro era el pasaporte que nunca caducaba. Con él en el campo, yo veía los Clásicos mucho más tranquilo.

SERGIO RAMOS. Un gol suyo en el Camp Nou alimentó la Liga del Clavo Ardiendo (2007) y un gol suyo el año pasado en el último minuto en campo azulgrana puso al madridismo en pie. Ramos es el corazón del Madrid en estos partidos. El Barça le tiene máximo respeto. Por algo será…

CAMACHO. Aunque Roberto Carlos es el mejor lateral izquierdo de la historia, Camacho se merece este lugar privilegiado en los Clásicos por su garra y su entusiasmo contagioso. Y, sobre todo, por su modélico marcaje a Johan Cruyff en el Bernabéu en 1974. Ganamos 1-0 y la estrella holandesa ni la tocó. Y apenas le hizo faltas. Marcaje para la historia.

PIRRI. Jugando de mediocentro fue en los años 60 y 70 uno de los pilares de aquel Madrid que dominó muchos Clásicos (4-0 en la final de Copa de 1974) a base de orgullo, pundonor y un carácter irreductible. Pirri metió muchos goles en los Clásicos y, de hecho, debutó en un Madrid-Barça en el Bernabéu en 1964 con un 4-1 imperial (ese día Amancio hizo un hat-trick).

ZIDANE. El Cisne siempre fue la esencia de calidad en los Clásicos de su etapa (2001-06). Para la historia queda su gol de vaselina a Bonano en el Camp Nou en la semifinal de la Champions. Luego en la final de Glasgow firmó su legendaria volea al Bayer Leverkusen. Zizou también le echaba casta. Su face to face con Luis Enrique en el Bernabéu es inolvidable.

JUANITO. Juan, irrepetible Juan. No olvido aquel Clásico de 1983 resuelto con un gol suyo y otro de Santillana (1-2). A Juanito le había menospreciado el presidente Núñez acusándole de ser un mujeriego, a lo que el genio malagueño respondió en el campo siendo clave en el triunfo merengue. En los Clásicos jugaba hipermotivado y contagiaba a toda la grada. Eterno Juanito.

RAÚL. Su imagen con la cabeza abierta tras un choque fortuito con Puyol en un Clásico del Bernabéu refleja el pundonor y la bravura que tenía el eterno capitán y más en esos partidos. Su gol en el Camp Nou silenciando la grada es una de las imágenes que preside las sedes de muchas peñas madridistas en España. Con Raúl no podía nadie.

DI STÉFANO. Me pongo de pie. El Barça también lo hacía cuando tenía enfrente a La Saeta. Con Di Stéfano se acabaron los complejos y la rivalidad Madrid-Barça se decantó por completo a favor de los blancos. Alfredo fue el elemento diferencial en los Clásicos durante más de una década (1953-1964). Como legado dejó ese espíritu indomable que hace del Madrid lo que es: un equipo de leyenda.

CRISTIANO. The Best en los Clásicos. He perdido la cuenta de los goles que ha metido al Barça desde que llegó en 2009 al Bernabéu. Pero no olvido su golazo de cabeza a Pinto en la final de Copa de 2011, el gol de oro que nos dio la Liga de 2012 silenciando el Camp Nou y un gol al Barça en el Bernabéu en una vuelta de la Supercopa llevándose el balón de espuela ante un Piqué incapaz de reaccionar. Cristiano es la pesadilla del Barça. Y de Messi, condenado a ser su segundo en estos años de hegemonía vikinga.

PUSKAS. Cañoncito Pum. Que se lo digan al Barça, al que machacó con sus zurdazos meteóricos en los Clásicos de finales de los 50 y principios de los 60. Es recordado un 1-5 del Madrid en el Camp Nou, con un hat-trick del húngaro, y otra actuación suya en otra manita del Madrid a los azulgrana en la temporada 1960-61 (3-5). Puskas era letal y el Barça lo sufrió hasta que dejó el Madrid en 1966. “¡Grande Pancho!”.

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