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Lanús puede estar satisfecho de haber luchado por su sueño

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Lanús ansiaba levantar la Copa Libertadores por primera vez en su historia. Las tribunas se poblaron desde mucho antes que el inicio del partido para darle color con los abuelos, cnietos y padres y madres con hijos, religiosamente embanderados con la camiseta granate.

Una ciudad entera, con 200 años de historia se entregó al sueño de su equipo de conseguir su primera Libertadores.

Esa comunión entre hinchas, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico, tan importante para alcanzar los objetivos deportivos, acariciaba una de las noches más gloriosas. Y de alguna manera, el fútbol recompensó al club en la cancha por sus esfuerzos económicos, por la apuesta a una gestión transparente, y por el gran trabajo desarrollado en sus inferiores y fomentando el sentido de pertenencia en todas las categorías de su fútbol. Un equipo que consolidó una idea de juego valiente, merecía por lo menos tener la chance de disputar esa final.

Pero el nerviosismo, la ausencia de jugadores importantes, la mezcla de miedo e ilusión y la diferencia de jeraquía con su rival pusieron a Lanús en su lugar. No fue un equipo armado para llegar a la final de la Copa. Casi que se tropezó con la final, después de la controvertida definición con River y el escándalo del VAR. Y empezó a perder el partido con el grosero error de Gomez.

Lanús no tuvo argumentos para cambiar la historia del partido de ida. Se encontró con un equipo con un juego más aceitado y con la ambición de llevarse por delante a los de Almirón con muy buen fútbol y jugadores de mucho talento. Y sobre todo confiados en el buen resultado conseguido en Porto Alegre.

Gremio jugó liviano, suelto, presionaba alto y se movía con la elasticidad de los bailarines de samba con buenas combinaciones de pases. El muy buen mediocampista Arthur, de 21 años, quien está en la mira del Barcelona, tuvo una noche de esas que en Argentina solo se le conocen a Messi.

El fútbol suele poner las cosas en su lugar. Lanús llegó más lejos de lo que merecía por el fútbol mostrado en la cancha en durante la Copa. Tuvo una regular primera fase, y fue irregular en octavos, y alterno buenos pasajes de fútbol en cuarto, pero mostró un fútbol de menor jerarquía ante Gremio en las finales.

Gremio fue un justo campeón de América. Lanús llegó lo más lejos que pudo mostrando a veces un muy buen fútbol. Sus hinchas, sus dirigentes y jugadores pueden sentirse satisfechos con el trabajo realizado. Y con haber vivido una noche mágica que los acercó a la gloria. Quedarán en la memoria colectiva como un equipo de leyenda que jugó su primera final de Copa Libertadores.