Boca Juniors se clasificó esta noche para los octavos de final de la Copa Argentina al vencer por 1 a 0 a Guillermo Brown, de Puerto Madryn , en un partido en el que la balanza se inclinó a su favor simplemente por su mayor jerarquía individual, mostrada a cuentagotas por algunos pocos de sus integrantes.
El encuentro jugado en el estadio Malvinas Argentinas, de Mendoza, tuvo un solo dominador de principio a fin y fue el conjunto 'xeneize', pero manejar la pelota no significa ser superior al rival, porque las llegadas al arco de los chubutenses fueron escasísimas.
Bastó que Darío Benedetto fusilara al guardavallas Emanuel Bilbao para que Boca se quedara con un triunfo que le permite seguir transitando sin hesitar por esta Copa Argentina en la que, ahora sí, tendrá que vérselas con un rival con el que construyó un 'clásico' peculiar, válido solamente para esta competencia: Rosario Central.
Antes de la conquista de Benedetto, ocurrida en el amanecer de la etapa final, hubo movimientos en las tribunas , primero con los hinchas de Boca que intentaron salir de un sector de la platea pero fueron disuadidos por los bomberos que les lanzaron chorros de agua.
Posteriormente fueron los parciales de Brown de Madryn , que en un número aproximado a los 250 integrantes llegaron desde la ciudad chubutense, quienes empezaron a lanzarles butacas que arrancaron de la cabecera sur del estadio a las fuerzas policiales , que repelieron esas acciones y se llevaron a cuatro de ellos detenidos.
Fue digno lo de los de Puerto Madryn, que salvo el arquero presentaron a 10 nuevos jugadores respecto del equipo que peleó hasta el final el ascenso a primera división en el anterior certamen de la B Nacional.
Dentro de ese panorama sus esfuerzos no alcanzaron para llegar a un empate que les hubiera significado una chance más de pelear no solamente por los 850.000 pesos de premio que otorgaba esta instancia, sino la oportunidad de hacer historia en esta competencia, nada menos que ante Boca Juniors.
De hecho los de Chubut supieron aguantar la presión de Boca , sobre todo desde lo físico, equiparando en ese ítem a los boquenses en algunos tramos del encuentro, mientras que en otros se vieron comprometidos objetivamente por la superioridad futbolística de los porteños.
Por eso la parcialidad 'xeneize' que ocupó la mayor parte del estadio mendocino se limitó a celebrar una victoria previsible y ovacionar al goleador Benedetto cuando a cinco minutos del final fue reemplazado por Walter Bou. Y la verdad, esta actuación de su equipo no daba para más.