Boca tuvo el último aliento
Una Liga apretada, exprimida por el mundial donde se jugaron 27 jornadas en apenas 6 meses, Boca fue el sobreviviente. El que ganó los partidos importantes, el que hizo lo que la situación necesitaba para ser campeón. Las victorias ante Atlético Tucumán, ante Gimnasia, ante River en el Superclásico. En un momento estuvo a 12 puntos del puntero y fuera del top 10 tras la derrota con Patronato. 1% de chances se le daba al Xeneize. Dieciséis fechas más tarde, se corona como campeón en una definición infartante.
Cuando parecía que Boca podía despegarse y tener tranquilidad, Independiente compitió de una forma tremenda. Leandro Fernández puso el 1-0 pero luego Pol Fernández empató las cosas. Parecía que Villa daba la fiesta, pero otra vez Vallejos ponía todo en suspenso. Había que mirar a Avellaneda. Y en Avellaneda, cuando Racing lo ganaba con gol de Rojas de penal, lo empató Borja, Armani tapó un penal determinante a Galván cuando parecía que los de Gago se iban a consagrar, y finalmente el 2-1 de Borja en el Cilindro desató la fiesta en el Monumental y la tristeza cruzando el Riachuelo.
El Fútbol Argentino, fustigado por su mala organización, por la economía del país, por el despropósito de los equipos en competencia, mostró una vez más que tiene el potencial de dar mucho más, y se vio en una definición, que quedará en la historia. Y una vez más, para Boca, donde sigue dominando a nivel local.