Pol, una de las banderas de Boca para ir al Monumental

Todo buen equipo tiene una columna vertebral fuerte. Un arquero que te salva en las difíciles, una sólida pareja de centrales que brinda seguridad, un centrodelantero que la emboca seguido y, por supuesto, un número 5 que se hace patrón en la zona central del campo de juego. Boca, de a poco y a pasos lentos, parece estar encontrándola.

El desembarco de Guillermo Fernández en la posición que supieron ocupar el “Rata” Rattín, “Chapa” Suñé, “Chicho” Serna, Raúl Cascini y el propio Sebastián Battaglia, entre otros, solo trajo buenas noticias y renovó la ilusión justo antes del partido que todos quieren ganar. Con el Superclásico a la vuelta de la esquina, el Xeneize se ilusiona con plantarse en el Monumental y demostrar que lo hecho en La Plata puede tener continuidad.

Pol ya no es aquel jovencito que apareció entre 2012 y 2013. Ahora, con mucho más rodaje y algunos títulos en el lomo, el dueño del jopo inconfundible tiene la capacidad de asumir responsabilidades y convertirse en bandera futbolística cuando la historia lo requiere. Corre, las pide, juega, releva y, además, se tira al piso para dejar en claro que entiende a la perfección la esencia de Boca.

El técnico, que supo festejar varias veces en el Antonio V. Liberti como jugador, empieza a definir la formación inicial para desembarcar en Núñez. Todavía no sabe si Óscar Romero llegará en óptimas condiciones y si Darío “Pipa” Benedetto responderá a las exigencias antes del clásico. Pero lo que sí tiene en claro es que para darle pelea a los dirigidos por Marcelo Gallardo, habrá que generar fútbol en el círculo central. Y es ahí donde el nacido en Granadero Baigorria, hace 30 años, asumirá el papel protagónico.