Máximo Perrone, una brújula en Vélez

La personalidad no es algo que todos los futbolistas tengan desde muy temprano. En Liniers, un lugar en el que Vélez trabaja su cantera para conseguir sacar buenos futbolistas, hay ocasiones en las que este aspecto no es una cosa como otra cualquiera. El momento actual del club, avanzando en la Libertadores pero buscando su hueco en la Liga Profesional, ha hecho que un joven futbolista del club alce la voz sobre el terreno de juego. Algo que no solo le ha llevado a ganar importancia para sus compañeros, sino que le ha colocado como el capitán sobre el verde.

A Máximo Perrone el brazalete le ha llegado con 19 años. Además de liderar la imagen de lo que supone salir desde las categorías inferiores del Fortín, el joven mediocampista desprende un liderazgo que es contagiable. Aún tiene cosas por depurar en su fútbol, pero sobre el campo es una de esas figuras que atrae la vista para hacerle un seguimiento como si de una cámara individual se tratara.

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Desde los seis años en la Academia de Vélez, el hueco en el once del equipo le llegó a partir del mes de marzo. Jugando como pivote, en el club le entregaron las llaves del juego para que pudiera desarrollar su fútbol en busca de un mejor futuro en este 2022. Desde entonces, su situación es prácticamente fija dentro de las formaciones que anuncian en cada encuentro desde la entidad de Buenos Aires. Hay que estar muy decididos para una apuesta de tal magnitud, pero seguramente si alguna figura refleja lo que es el Fortín y lo que quiere ser, ese sea Perrone.

El mediocampista argentino es uno de esos futbolistas elegantes, al que aún le queda pulir un poco su técnica pero que tiene recursos suficientes para salir del paso ante los rivales. No le quema el esférico, y tampoco se precipita al tomar una decisión. En su fútbol el valor añadido está en este aspecto, porque a su edad puede errar, pero cada cosa que hace, la hace con determinación. Los pases (mostrando un buen rango), la manera de conducir o los movimientos para ir a por la pelota le convierten en un mediocampista completo. También su capacidad de juego sin pelota, donde es un jugador inteligente. Y es que seguramente la inteligencia sea una de sus bazas, y uno de los puntos que le pueden hacer crecer más.

En un escenario en el que no tenía que ser sencillo destacar, Perrone lo está consiguiendo. Aún tiene que aprender algunos aspectos, como aprovechar en mayor medida su finta para avanzar o conocer mejor su espacio para defender, pero lo cierto es que tiene todos los ingredientes para ser muy completo de cara al futuro. No es casualidad que los rumores digan que en Europa ya hay un eco con su nombre. Tampoco que en Argentina haya conseguido la capitanía a una edad muy temprana. Todo está justificado.