NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BOCA JUNIORS

La ineficacia dejó afuera a Boca

El Xeneize fue más que Corinthians durante la serie, pero perdonó demasiado en momentos cruciales. Los partidos, y la Copa, se ganan con goles.

BUENOS AIRES, ARGENTINA-JULY 5: Boca Juniors Darâo Benedetto appears dejected after the definition by penalties, during Copa Libertadores football match between Boca Juniors and Corinthians at Alberto J. Armando Stadium in Buenos Aires City, Argentina on July 5, 2022. (Photo by Stringer/Anadolu Agency via Getty Images)
Anadolu AgencyGetty

Boca vive horas tristes luego de la inesperada eliminación de la Copa Libertadores de América. El Xeneize, equipo al que no le sobra nada, fue más que Corinthians durante los 180 minutos, pero quedó en el camino y le puso punto final a su máxima ilusión. La caída puede explicarse desde diferentes puntos, pero hacerlo desde la falta de eficacia, creo, es el camino correcto.

Los dirigidos por Sebastián Battaglia mejoraron en los últimos meses, en donde lograron quedarse con el torneo local, pero jamás fueron un equipo que brinde un fútbol total o se destaque por lo colectivo. Siempre se hicieron fuertes desde la jerarquía de algunos jugadores, la contundencia de sus delanteros y las salvadas de Agustín Rossi. Contra el Timao estuvo esto último, pero faltó lo primero. Y al fútbol, al fin y al cabo, se gana con goles.

Darío Benedetto, quien se ha cansado de inflar redes con la camiseta azul y oro puesta, tuvo una serie para el olvido. En San Pablo desperdició dos y en la Bombonera vivió una verdadera pesadilla: dos penales errados y una mala definición así dentro del área chica al inicio del partido. Culparlo solo a él sería entender poco de este deporte, pero es imposible obviar su responsabilidad en el resultado final.

Las redes sociales están que explotan. La bronca puede verse en las calles. El dolor por haber quedado en el camino y durará algunos días más. Habrá quienes se la agarren con el entrenador, otros irán por el lado del poco recambio producto de un mal mercado de pases y varios le apuntarán a los dirigentes. Sobre gustos, no hay nada escrito, pero primero, lo primero: para ganar la Libertadores no hay que dejar vivo al rival.