La hinchada argentina y su gran noche en Lusail: a semifinales y celebración por todo lo alto
La afición de la selección nacional sigue abarrotando las calles de Doha y volvieron a mostrar un gran apoyo a los de Scaloni, tanto en el campo de Lusail como en el resto de la ciudad.
La Selección Argentina superó a Países Bajos en un partido agónico en los cuartos de final del Mundial y se aseguró un billete para las semifinales del martes 13 ante Croacia. El conjunto de Scaloni sufrió de lo lindo y tuvo que ganar el partido en la tanda de penaltis. El estadio de Lusail se tiñó de camisetas albicelestes y contó con unos 40.000 aficionados argentinos, una cifra espectacular.
La comunión entre la hinchada y el equipo es perfecta y están abarrotando la ciudad con los colores argentinos. Desde 4 horas antes del partido, ya eran muchos los aficionados que se congregaban camino al estadio y hacían retumbar en el metro de Doha la canción de “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, que se ha convertido en el himno de la Argentina en Qatar.
A las 20:46h, ya en las inmediaciones del estadio vibraron con la sorpresiva eliminación de Brasil ante Croacia, también en penaltis. Fueron muchos los grupos que estaban en corrillos viendo la tanda y que se abrazaron cuando finalizó. También dentro del estadio, los que más pronto entraron, gritaron y festejaron ese hecho. Unas horas después harían lo mismo, pero por la victoria de los suyos ante el combinado de Van Gaal.
El estadio de Lusail fue una auténtica fiesta argentina. Con más de 40.000 hinchas albicelestes, el combinado de Scaloni fue llevado en volandas durante todo el partido y notó el apoyo también en los momentos más difíciles, con los goles de Países Bajos y en la prórroga. Estuvieron cantando y alentando sin parar, con el hit de “Muchachos” como tema principal. El ambiente que generaron fue maravilloso y favorable para los suyos.
Al final del encuentro y liberados por lograr el pase a semifinales, los jugadores se quedaron cerca de 20 minutos celebrando en el fondo con sus aficionados, cantando, vibrando y gritando de felicidad. Una parte de la hinchada que fue un poco más allá y aguantó casi una hora sobre las gradas celebrando. El sueño de la tercera, más vivo que nunca.