RIVER
La estatua de Gallardo, una fiesta riverplatense
La inmensa escultura del entrenador más ganador de la historia del Millonario fue inaugurada en el Mâs Monumental, en una emotiva ceremonia con miles de hinchas.
El aniversario 122° de River, esta semana, fue una excusa para organizar este sábado un multitudinario evento que se venía postergando desde hacía tiempo: la inauguración de la estatua de Marcelo Gallardo.
Con la presencia del homenajeado en un escenario montado sobre la Av. Figueroa Alcorta, justo donde se erige la flamante escultura, se desarrolló un acto del que también participaron el actual presidente Jorge Brito, su predecesor Rodolfo D’Onofrio y varios protagonistas que acompañaron el exitoso ciclo del Muñeco, entre ellos jugadores y cuerpo técnico.
El ídolo del Millonario, visiblemente emocionado, le dedicó unas palabras a su gente que se acercó en masa y volvió a celebrar al artífice de una era inolvidable que se extendió desde 2014 hasta 2022.
“Sabía que sería un momento difícil para expresarme. Es muy fuerte la emoción que siento, no se la imaginan. Lo único que quiere es agradecer. Me siento un privilegiado”, comenzó el ex DT rodeado de los 14 trofeos que consiguió.
En la misma línea, añadió: “Lo que ustedes están haciendo e hicieron en todos estos años para lograr que esto sea una realidad es algo que no me va a alcanzar mi vida para agradecer. Alguna vez dije que era muy difícil irme de acá y es así, porque no hay ninguna posibilidad de desprenderme de este club”.
Otros hombres trascendentales en la historia de la institución como Enzo Francescoli, Marcelo Salas, Leonardo Ponzio y Juan Fernando Quintero también tomaron el micrófono para rememorar anécdotas con Napoleón.
Mientras los fanáticos lo ovacionaban, Gallardo ratificó una vez más su pasión por los colores y su cariño por los hinchas: “Los voy a amar siempre, gracias por esto y por todo lo que vivimos en estos años. Nací en este club y moriré en este club”.
La estatua mide 8,10 mts. de alto y es la más grande del mundo en bronce. A partir de ahora quedará para la eternidad junto a la de Ángel Labruna, en la puerta de la que siempre será su casa.