Boca se juega dos finales en cinco días

Los últimos días de mayo ponen a Boca ante dos compromisos importantes que pueden marcar el semblante en lo que queda del año. El primero se trata de la gran final de la Copa de la Liga ante Tigre, que se jugará este domingo en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, mientras que el segundo corresponde al último partido de la fase de grupos de la Copa Libertadores y tendrá lugar el jueves, ante Deportivo Cali en la Bombonera.

Lo que suceda el fin de semana puede repercutir de lleno en la semana. O no. El fútbol tiene poco de lógica, por eso es tan apasionante, pero siempre será mejor llegar entonado y con confianza a esos encuentros en donde la adrenalina corre por el cuerpo de quienes están en el estadio o de los que hacen el aguante por televisión o radio. Por eso, sumar una estrella más que agrande el escudo podría ser combustible necesario para ir en busca del boleto a octavos de final en el certamen continental.

En medio de probables formaciones, dudas respecto al esquema, encuestas en las redes sociales, preferencias de estilos y demás cuestiones que visten la previa del cruce ante el Matador en la tierra del cuarteto, vuelve a asomar una vieja frase de Diego Armando Maradona que explica todo: “Boca tiene que ganar. Boca tiene que pensar en Boca y nada más. Esta es la única solución”.

Las palabras de Pelusa, quien será uno de los tantos que alienten desde la bandeja más alta de todas, explica cómo se deben vivir estos días en la Ribera. Depender de sí mismo, un premio para el plantel comandado por Sebastián Battaglia, alguien que de partidos trascendentales entiende bastante.