A 14 años de la segunda medalla dorada de Argentina

El 23 de agosto de 2008 fue un día histórico para el fútbol argentino. La Selección dirigida por Sergio “Checho” Batista, un campeón del mundo en México 1986, venció 1-0 a Nigeria y se quedó con la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing.

Luego de que Juan Román Riquelme gane una pelota dividida en la mitad de la cancha, Lionel Messi frotó la lámpara y dejó mano a mano a Ángel Di María contra el arquero rival. El “Fideo”, con el corazón caliente pero la mente fría, pinchó el balón por encima del guardameta y marcó el gol que valió un título. Años después, repetiría la fórmula en el Maracaná.

Aquel plantel estaba plagado de figuras, como Fernando Gago, Sergio Agüero, Ezequiel Lavezzi, Éver Banega, Javier Mascherano, entre otros, y mostraba un juego que hacía mantener despiertos a quienes acompañaron esa campaña pese a la diferencia horaria entre China y la Argentina.

En la fase de grupos, la albiceleste pasó sin problemas a Costa de Marfil, Australia y Serbia. En cuartos, barrio a Holanda; en semifinales, goleó a Brasil y sacó boleto para medirse ante los africanos en el partido que todos quería disputar.

Como si todo esto fuera poco, el equipo campeón contó con el apoyo incondicional de Diego Armando Maradona, quien alentó desde la tribuna y presenció el momento de la coronación en vivo y en directo. El abrazo entre Pelusa y Riquelme también forma parte de la historia.

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