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A veces, le pegan por pegar

Soldano, uno de los más criticados de Boca, parece ser el único gran problema que tiene el equipo de Russo. "Es básico el análisis de que juego solo por correr", dijo.

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A veces, le pegan por pegar

Franco Soldano arribó a Boca bajo la dirección técnica de Gustavo Alfaro, la última presidencia de Daniel Angelici y la primera experiencia de Nicolás Burdisso como director deportivo. El delantero, sin mucho lugar en el Olympiakos de Grecia, cumplió el sueño de su vida, ponerse la camiseta del Xeneize, y desembarcó en la Ribera para ofrecerse como una alternativa de Ramón Ábila. Sin embargo, todo cambió de repente.

Wanchope, el segundo número 9 con mejor promedio de gol tras el retiro de Martín Palermo, no pudo despegarse de sus lesiones y debió mirar varios partidos desde las tribunas debido a dolencias musculares. Por eso, al atacante nacido en Sunchales le apareció la gran chance de ser titular en el club de sus amores al poco tiempo de haber desarmado la valija. Al principio hubo paciencia, pero la exigencia propia del Mundo Boca hizo que sea demasiado poca.

El Superclásico ante River en el Monumental, que terminó igualado en cero y con Soldano jugando casi de volante por derecha, fue la primera gran marca. Luego, llegó el turno de las no ocasiones de gol, las fallas en algunas jugadas puntuales que parecían simples, la larga sequía y las burlas ya cansadoras en las redes sociales, un lugar cada vez más cruel para analizar el juego o la performance de los futbolistas. De ser una apuesta a estar en el ojo de la tormenta.

"Soy muy autocrítico, sé que tuve opciones que no pude concretar, pero tampoco es que tuve tres o cuatro por partido, el equipo requería de mí otra cosa. No voy a cambiar mi forma de jugar y mi ADN siempre fue el mismo. No creo que juegue en Boca solo por correr, ese análisis es muy básico", argumentó Soldano en su charla con TyC Sports, justo un día antes de comenzar una nueva pretemporada.

Soldano sabe que está en deuda y lo asume. Se hace cargo de las cuestiones que debe hacerse cargo, pero también se defiende a su manera luego de ver cómo su apellido se pasea por diferentes zócalos de programas televisivos. No levanta el tono de voz, parece no tener ni siquiera un poquito de ego pero sí entiende la importancia que tiene vestir la camiseta del elenco más popular de la Argentina. Esto último, que quizá para muchos no tenga tanta trascendencia, resulta importante y va más allá de cuántas veces infle la red por campeonato. Porque claro está que quizá no deba ser el 9 titular del equipo, que debería pisar más el área rival y que tendría que mejorar muchísimas cuestiones. Pero qué importante sería que todos los que tienen el privilegio de representar a Boca, desde los que son capaces de hacer jugadas de lujo y golazos, sean tan conscientes del lugar que ocupan.