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EL PARTIDO MÁS VIOLENTO DE LA HISTORIA

Néstor Combin: "Pensé que me iba a morir en La Bombonera"

El 22 de octubre de 1969 se disputó el considerado como partido más violento de la historia: Estudiantes y Milán por la final de la Intercontinental. Combin lo recuerda en As.

Actualizado a
Néstor Combin: "Pensé que me iba a morir en La Bombonera"

--Hace 50 años usted vivió una de las noches más tristes de su carrera. Y quizá de su vida... Usted fue uno de los más perjudicados ante Estudiantes ya que acabó con la cara destrozada por sus rivales y, tras el enfrentamiento… ¡en la cárcel!
-Disputar una final de la Intercontinental en Argentina, que es mi país, vistiendo la camiseta de un grande como el Milán, era un sueño. Hasta llame a mi madre para que viniera a las gradas, viajó 400 kilómetros para verme jugar por primera vez, pero todo se convirtió en una pesadilla. Ya desde el aeropuerto, nada más bajar las escaleras del avión, estaban varios militares con ametralladoras mirándome. Sabía que iban a por mí, y así fue.

-Los hinchas locales les recibieron tirando café ardiendo, y en el campo los jugadores del Estudiantes dieron batalla, literalmente. En Italia hablan de ‘Copa ensangrentada’ y ‘masacre de La Bombonera.
-Fue absurdo, pero el miedo más grande lo tuve tras el pitido final. Pasó de todo. Me destrozaron la nariz, un pómulo… Tardé casi un mes en poder volver a jugar. Pero tuve suerte, yo pensé que me iba a morir.

-Para complicarlo todo más apareció la Policía, que le detuvo como desertor del servicio militar.
-Sí, de repente me llevaron a la prisión: fue la peor noche de mi vida, y no tenía culpa de nada. Dejé Argentina cuando no tenía ni 18 años, me fui a Francia y cumplí allí el servicio militar.

Tras el susto, llegó el final feliz…
-La emoción más grande fue cuando vinieron a decirme que estaba libre y pude salir. Me llevaron al aeropuerto y ahí, sorprendentemente, estaba todo el equipo del Milán. Decidieron quedarse en Buenos Aires hasta que me liberasen: fue algo maravilloso ver a mis compañeros que estaban esperándome para celebrar juntos la victoria y mi libertad.

-¿Qué jugador de Estudiantes se le ha quedado grabado de aquella noche?
Aguirre Suárez estaba loco: quería partirme la cara, las piernas, no paraba. Después del partido creo que pasó un mes en la cárcel, con sus compañeros Manera y Poletti.

-¿Volvió a hablar con alguno de sus rivales tras la final?
-Qué va, nada de nada. Ni una señal desde el club, que pudo al menos mandar una carta para pedir disculpas, ni desde los jugadores.

-Desarrolló su carrera principalmente en la Serie A, pasando por Juve, Varese, Torino y Milán. Pero también estuvo a un paso del Madrid.
-Sí, es verdad. Justo antes de que me fichara la Juventus, los blancos querían que sustituyera a Di Stefano, que ya estaba mayor, pero los italianos ya tenían acuerdo con el Lyon, y me fui a Turín.

-¿Usted se arrepiente de no haber podido vestir de blanco?
-El Real Madrid siempre ha sido un gran club y le tengo un enorme admiración, pero la Juventus estaba a ni 80 kilómetros de donde vivía. Además, pude jugar con Sivori, que era un ídolo para mí, un jugador extraordinario. En Italia fui muy feliz, le tengo un cariño enorme a aquel país. No puedo quejarme de nada, la verdad.