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River Plate

El Boca de Alfaro, un nuevo objetivo para Gallardo

El Muñeco, que se alimenta de desafíos para mantener su hambre de gloria, tendrá un mes para pensar cómo romper el cerrojo del rival en la Copa Libertadores.

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Argentina's River Plate coach Marcelo Gallardo gestures during the Argentine Superliga first division football match against Boca Juniors at the "Monumental" stadium in Buenos Aires, Argentina, on September 1, 2019. - The match ended in a 0-0 tie. (Photo by JUAN MABROMATA / AFP)
JUAN MABROMATAAFP

"Hay que renovar ilusiones, ponerse nuevos desafíos, y eso va a estar en el 2019. Vamos a focalizarnos en eso. Esas energías nuevas tienen que venir". Fiel a su carácter ultracompetitivo, Marcelo Gallardo dejaba en claro una vez más las bases de su proyecto. Fue en una conferencia de prensa en medio de la seguidilla negativa de comienzo de año, cuando su equipo perdió tres partidos consecutivos en el Monumental.

En aquel entonces, todavía con el desgaste mental a cuestas que había implicado la final de la Libertadores disputada en Madrid, el entrenador riverplatense advertía que si se quedaba para continuar su ciclo, luego de haber tocado el cielo con las manos, era para profundizar un estilo de juego que acompañaba una obsesión por conseguir más títulos.

Así llegaron la clasificación continental para 2020 corriendo desde atrás, la obtención de la tercera Recopa Sudamericana y una nueva presencia en las semifinales de la Copa, con otro Superclásico internacional en el horizonte.

Este domingo, River y Boca se midieron, se estudiaron y se analizaron pensando en lo que viene. Un Xeneize renovado, con un esquema mucho menos ambicioso que el de Guillermo Barros Schelotto pero a su vez más consciente del daño que pueden provocarle si entra en el palo por palo, se llevó lo que fue a buscar.

El empate fue un gran negocio para un Gustavo Alfaro que se propuso no ser lastimado por el equipo que mejor ataca en la Argentina. No sólo lo logró desde el resultado, sino también en el desarrollo del encuentro: más allá de la tenencia de la pelota, el campeón de América no contó con demasiadas situaciones claras para ponerse en ventaja.

Discusiones aparte sobre estilos y obligaciones de cada club, es un hecho que el agresivo y vertiginoso plan del Millonario fue neutralizado durante la mayor parte del partido.

Aunque en Núñez muchos se quedaron masticando bronca, el DT también fue autocrítico y reconoció que su equipo deberá hacer más para doblegar a un rival que sabe defenderse: "Debemos sobreponernos a esos planteos, y esa es una función mía como entrenador encontrarla. Cuando nos juegan de igual a igual pasa lo que le pasó a Racing. Los rivales observan y toman nota. Frente a eso, pasa lo de hoy".

También es una realidad que el cruce copero consta de 180 minutos, que los goles de visitante son importantes y que en algún momento de la serie Boca tendrá que arriesgar un poco más, al menos para hacer la diferencia de contragolpe. Con los regresos de Salvio, Zárate y Ábila, probablemente modifique esa postura.

Al respecto, el Muñeco fue claro: "Me gusta que los rivales puedan estar con todas sus fortalezas, después mediremos fuerzas". En el mismo sentido, destacó que dentro de un mes sus futbolistas también estarán más descansados, en referencia a las pocas horas que pasaron entre la revancha ante Cerro Porteño y el clásico por la Superliga.

En esta oportunidad, el duelo táctico fue para el Lechuga, que encontró la manera de que River no le haga daño, aunque para eso haya tenido que renunciar al arco de enfrente. Y más allá del respeto del oponente que Gallardo destacó haberse ganado, tendrá una misión por delante de cara a octubre. Un estímulo más, de esos que tanto lo seducen.