BAILANDO POR UN SUEÑO

Todos los romances que nacieron en la pista del Bailando

En sus 13 años de programa se formaron varias parejas. Algunas de ellas perduran hasta hoy y otras se esfumaron rápidamente. Repasá todas las historias.

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Todos los romances que nacieron en la pista del Bailando

Pasaron pocos días del comienzo de un nuevo Bailando por un Sueño, ahora llamado Súper Bailando, y ya empezaron los rumores de romance entre sus participantes, como el caso de Noelia Marzol y el Polaco. Pero su caso no es una excepción: durante los 13 años que lleva en pantalla, el programa de baile vio pasar muchísimos vínculos amorosos, algunos más duraderos y otros efímeros (y otros que no salieron a la luz). Los repasamos.

Una de las primeras parejas que se formó, y una de las más queridas por el público, fue la de Paula Chaves y Pedro Alfonso. Se conocieron en 2010 cuando la modelo fue participante y él era productor del programa. Después de algunos meses de miradas y bromas en cámara, ambos confirmaron su romance que dura hasta el día de hoy: están casados y tienen dos hijos, Olivia y Baltazar.

Otra pareja que se formó entre una participante y un productor fue la de Lourdes Sánchez, que comenzó siendo bailarina del programa y luego primera figura, y Pablo Prada, más conocido como "el Chato". Ella entró al programa en 2008 pero su relación se conoció recién en 2013 (quizás empezó antes, pero eso nadie lo sabe). Hoy siguen juntos y son papás de Valentín.

Peter y "el Chato" no fueron los únicos productores que tuvieron un romance con participantes del programa. Es conocida también la historia de Federico Hoppe, quien lleva más de un año de novio con la bailarina Macarena Rinaldi. Eso sí, no fue el único vínculo amoroso que tuvo el productor, quien además salió con Laura Fernández (hoy pareja de Nicolás Cabré y por ese entonces bailarina del programa) y a quien se lo relacionó con varias participantes más (como Rocío Robles) pero que nunca fueron reconocidos.

Si de parejas queridas por el público se trata, no se puede dejar de mencionar la de Jimena Barón y su bailarín en la edición 2018, Mauro Caiazza. Se conocieron cuando participaron juntos, cada uno en una relación con otra persona, y su vínculo es cada días más fuerte: vacaciones en familia junto al hijo de la cantante, Morrison, y divertidos vídeos en redes sociales que la convierten en una de las relaciones más queridas por el público.

También se dieron romances entre bailarines y coachs, como el de Hugo Ávila y Jorgito Moliniers, quienes comenzaron su vínculo en 2011 y que ahora están "en una pausa" según explicó el bailarín.

Pero no todo es color de rosa. El certamen también formó varias parejas cuyo amor terminó -y a veces no terminó nada bien-. Una de esas fue la de El Polaco y Barbie Silenzi, su compañera, quienes tardaron en reconocer su relación que tuvo varios idas y vueltas pero que ya se terminó -y parece que él ya tiene vínculo nuevo-.

Además, por la pista pasaron vínculos como los de Laurita Fernández y Federico Bal, quienes se conocieron en 2015 cuando ella era pareja de Hoppe y blanquearon su amor a fines de 2016. Luego de dos años de rupturas, vueltas y peleas, se separaron, pero ya sin estar en el programa. Otra pareja entre participante y bailarín fue la de Ailén Bechara y Fernando Bertona, quienes estuvieron juntos sólo unos meses. Misma fórmula para Alexander Caniggia y Sofía Macaggi, que salieron unos meses en 2012 y Tyago Griffo, hijo de la Bomba Tucumana, con Rocío Robles.

¿Uno de los más locos y mediáticos? El de Ricardo Fort y Erika Mitdank, en 2010, después de ¡un casting para buscar novia para el excéntrico millonario! Pero también hubo de las menos mediáticas como la del Bicho Gómez -que bailó con Anita Martínez- y su coach Verónica Pecollo.

¿Se formarán nuevos vínculos en el Súper Bailando?